“Fue un golpe no más”: habló el feminicida de Sofía Delgado desde prisión

Brayan Campo Pillimue, condenado a 58 años de prisión por el feminicidio de la niña Sofía Delgado Zuluaga, habló públicamente por primera vez desde la cárcel La Tramacúa de Valledupar, donde cumple su condena. En una entrevista con el pódcast Conducta Delictiva, Campo ofreció detalles escalofriantes sobre el crimen que conmocionó al país y pidió perdón a la familia de la víctima y a Colombia.

El feminicida, de 32 años, relató cómo atrajo a Sofía a su tienda el 29 de septiembre de 2024, cuando la menor fue a comprar champú para su mascota. “Cuando ingresó, le golpeé la cabeza con una cuchara. Entonces ella cayó y quedó inconsciente... yo ahí pues, como que ya volví a aterrizar y no sabía qué hacer. Al final cerré y me fui”, narró Campo.

Durante la entrevista, aseguró que su comportamiento podría estar influenciado por antecedentes familiares. “Yo heredé de mi mamá un comportamiento frío. Ella tenía problemas mentales”, afirmó, y agregó que mantenía una relación “muy buena” con su hija de 4 años, quien curiosamente también se llama Sofía. “A mí ese nombre no me gustaba mucho, prefería Valentina, pero la mamá ya lo había puesto y se hizo un tatuaje con ese nombre”, explicó.

Campo negó haber abusado sexualmente de la niña, pese a las sospechas iniciales. “Yo quiero aclarar eso para darle un poquito de tranquilidad a la familia, que la niña no sufrió, sino que fue un golpe no más”, dijo, insistiendo en su versión de los hechos.

El feminicida también describió su estado mental previo al crimen, asegurando que sentía un “desaliento” y que era acosado por una “voz interna” que lo incitaba a cometer el delito. “Yo estaba aburrido y en la cabeza me imaginaba matando a una mujer. Era una voz que me decía que cometiera ese delito. No me imaginé atentar contra mujeres cercanas a mí”, sostuvo.

Relató que, antes de encontrarse con Sofía, había intentado atraer a otras mujeres jóvenes a su local, pero desistió en esos casos. Sin embargo, al ver a la menor, la invitó a entrar con la excusa de regalarle algo, lo que culminó en el trágico desenlace.

Después del crimen, Campo continuó con su rutina habitual. “Me fui a almorzar a la casa con mi esposa y la suegra. Luego, le dije a mi esposa que iba para el mecánico, pero en realidad regresé al local y decidí llevar el cuerpo a un cañaduzal”, relató.

En cuanto a su captura, Campo explicó que había planeado huir a Ecuador tras esconderse en Ipiales durante varios días, pero su esposa lo convenció de regresar, momento en el que fue arrestado.

Campo concluyó la entrevista expresando su pesimismo sobre su futuro en prisión. “Espero morir de joven, de muerte natural, que me dé un infarto acá. Me imagino que hay gente acá que me quiere hacer daño, pero eso es problema de cada persona”, finalizó.