Enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Colombia
Resumen
En Colombia, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte, con más de 115.000 fallecidos de enero 2023 a octubre 2024. La dislipidemia afecta al 87% de los adultos. Se destacan como clave su detección temprana y tratamientos combinados para reducir riesgos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Especialistas alertan por creciente número de casos en todo el país
La enfermedad coronaria ocupa el primer lugar en mortalidad a nivel mundial y en el país, al producirse el estrechamiento o bloqueo de los vasos encargados de transportar la sangre a los órganos vitales.
REDACCIÓN/EL FRENTE.
En Colombia las enfermedades cardiovasculares se han convertido en la principal causa de fallecimiento, lo que genera una preocupante alarma en el sistema de salud nacional.
Cifras oficiales del DANE muestran que entre enero de 2023 y octubre de 2024 más de 115.000 personas perdieron la vida a causa de afecciones que afectan el corazón, el cerebro y los vasos sanguíneos.
El factor de riesgo modificable que resulta más relevante en la enfermedad coronaria es la dislipidemia, la cual es tener niveles elevados de colesterol LDL, conocido popularmente como “colesterol malo”.
Estudios realizados en territorio nacional han evidenciado que hasta el 87% de la población adulta presenta esta condición. Este dato obliga a las autoridades y a los especialistas a promover acciones que permitan la detección temprana y el manejo adecuado de esta alteración.
La importancia de conocer el nivel de colesterol se extiende a todas las edades, pues la carencia de síntomas en la mayoría de los casos dificulta el diagnóstico oportuno.
Expertos en cardiología han advertido sobre el impacto directo de la dislipidemia en la aparición de infartos y accidentes cerebrovasculares. El doctor Ángel García, miembro de la Sociedad Colombiana de Cardiología, expresó que la identificación precoz de los niveles elevados de colesterol LDL posibilita la aplicación de intervenciones que eviten complicaciones graves.
El especialista hizo hincapié en que el control de esta alteración depende tanto de medidas preventivas como del seguimiento médico constante. Según el cardiólogo, la dislipidemia se presenta sin manifestar síntomas, razón por la cual las pruebas de laboratorio se constituyen en el único medio confiable para su detección.
La situación adquiere una dimensión adicional cuando se considera el creciente número de casos en adultos jóvenes. Investigaciones recientes han evidenciado que este grupo demográfico presenta un aumento en la incidencia de infartos relacionados con factores de riesgo tales como la dislipidemia, la falta de actividad física y el consumo de tabaco.
La emergencia de eventos cardiovasculares en personas de menor edad pone en relieve la necesidad de promover estilos de vida saludables desde la adolescencia y la juventud, y de implementar evaluaciones preventivas de manera sistemática.
El control del colesterol LDL ha experimentado un avance significativo con la incorporación de terapias de última generación. Los inhibidores de proteínas han surgido como una alternativa eficaz para prevenir el primer evento cardiovascular y evitar la recurrencia en pacientes que ya han sufrido complicaciones.
Estas terapias, sumadas al empleo de estatinas, conforman un arsenal farmacológico que permite alcanzar niveles óptimos de colesterol. La adherencia a tratamientos que combinan cambios en la dieta, ejercicio regular y medicamentos constituye la estrategia central para disminuir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Urgen campañas efectivas de prevención
El compromiso de las instituciones y de la comunidad médica se plasma en la búsqueda de soluciones integrales. Carlos Salamanca, Gerente Médico de Cardiovascular de Sanofi Colombia, afirmó que la misión de su compañía consiste en acercar alternativas innovadoras en salud cardiovascular a la comunidad médica.
Salamanca resaltó que la prevención y el tratamiento adecuado de la dislipidemia deben ocupar un lugar central en las políticas de salud pública en Colombia.
El especialista explicó que la implementación de programas de detección temprana y el acceso a terapias avanzadas representan estrategias claves para enfrentar la alta mortalidad derivada de las enfermedades cardiovasculares.
El impacto de estas afecciones trasciende las cifras y afecta a familias, comunidades y al sistema de salud en general. Los costos económicos y sociales de los eventos cardiovasculares resultan elevados, puesto que la atención médica demanda recursos significativos y las secuelas repercuten en la productividad laboral.
Las cifras oficiales constituyen un llamado urgente a la acción para las autoridades, los profesionales de la salud y la sociedad en su conjunto. Se impone la necesidad de fomentar campañas de prevención que informen sobre la importancia de controlar el colesterol LDL y adoptar hábitos saludables.

Mejora y ampliación en cobertura de salud
Las estrategias preventivas deben orientarse a la promoción de estilos de vida basados en la actividad física, una alimentación balanceada y la eliminación del consumo de tabaco.
Estas acciones han de complementarse con un seguimiento regular de los niveles de colesterol en la población adulta. La ausencia de síntomas en la dislipidemia dificulta que muchos individuos se sometan a revisiones periódicas, lo que permite que la enfermedad coronaria avance de manera silenciosa.
La educación sanitaria se erige como pilar fundamental, y necesario, para lograr una conciencia colectiva sobre la necesidad de la prevención.
Las autoridades sanitarias han puesto en marcha campañas de difusión y programas de evaluación en zonas urbanas y rurales, de algunos departamentos. Estas iniciativas buscan identificar a los individuos en riesgo y brindarles tratamientos personalizados que incluyan intervenciones médicas y cambios en el estilo de vida.
La colaboración entre el sector público y el privado resulta crucial para ampliar el alcance de estas propuestas y mejorar la cobertura de salud.
Así mismo, el fortalecimiento de la red de atención primaria y la optimización del acceso a laboratorios de diagnóstico se presentan como medidas imprescindibles para enfrentar el desafío que imponen las enfermedades cardiovasculares.