Santander, región pionera en la elaboración de biofertilizantes a partir de la transformación de desechos

La Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS) instaló 80 biodigestores tubulares de flujo continuo, un mecanismo que se presenta como un innovador proyecto que transformará los desechos orgánicos generados en las granjas locales en biogás para cocinar y biofertilizante para los cultivos, brindando una alternativa ecológica y eficiente para el manejo de residuos en el campo.

La iniciativa beneficiará directamente a las familias campesinas de los municipios de San Gil, Villanueva, San Joaquín, Oiba, Palmas del Socorro, y otros de la región, quienes podrán aprovechar los residuos orgánicos de sus granjas para generar energía limpia y mejorar la fertilidad de sus suelos.

Esta acción no solo contribuye al bienestar de las comunidades, sino que también tiene un impacto positivo en el medio ambiente al reducir la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Cómo funciona un biodigestor?

El biodigestor es un sistema cerrado que permite la descomposición de residuos orgánicos a través de un proceso llamado fermentación anaeróbica. Este proceso genera biogás, el cual puede ser utilizado como combustible para cocinar, y un residuo sólido que se convierte en biofertilizante.

El sistema consta de cinco componentes clave: Cámara de carga: Donde se depositan los residuos orgánicos. Reactor: el tanque subterráneo donde se lleva a cabo la descomposición de los residuos. Cámara de descarga: Recibe los residuos transformados en abono y acondicionador del suelo. Cubierta de plástico: Impide la entrada de aire y retiene el gas producido. Tubería: Conduce el biogás hacia su uso y controla la presión interna.

El tiempo requerido para la descomposición varía según la temperatura del ambiente, siendo más rápido en climas cálidos, lo que permite a los biodigestores adaptarse a las condiciones específicas de cada región.

Beneficios del proyecto:

Además de mejorar la eficiencia energética y reducir los costos de combustible, los biodigestores ofrecen un doble beneficio: la generación de biogás para cocinar y la producción de biofertilizante para los cultivos, lo que permite a los campesinos reducir su dependencia de productos químicos, promover prácticas agrícolas más sostenibles y mejorar la productividad de sus tierras.

La CAS no solo implementará los biodigestores, sino que también brindará capacitación y apoyo técnico a las familias beneficiarias, asegurando la correcta instalación, mantenimiento y uso de la tecnología para garantizar su durabilidad y efectividad.

El uso de biodigestores es una estrategia eficaz para combatir el calentamiento global. Según la FAO, la agricultura, la ganadería y la deforestación generan una parte significativa de los gases de efecto invernadero, y el manejo adecuado de los residuos orgánicos puede reducir estas emisiones.

Al capturar el metano producido durante la descomposición de estiércol y otros desechos, los biodigestores contribuyen a mitigar el cambio climático y promover un futuro más sostenible.

El biogás generado por los biodigestores es una fuente de energía renovable que puede sustituir combustibles tradicionales como el gas propano, la leña o la electricidad. Además, con pequeñas modificaciones, el biogás puede ser utilizado para alimentar lámparas, motores y generadores, mejorando la calidad de vida en las zonas rurales y fomentando un modelo de desarrollo más verde.