Cirujanos santandereanos la sacaron del estadio: son los artífices de la exitosa cirugía contra la depresión
Resumen
Lorena Rodríguez superó 17 años de depresión y ansiedad gracias a una pionera cirugía de Estimulación Cerebral Profunda en Colombia, que utilizó cuatro electrodos. Este procedimiento innovador mejoró significativamente su calidad de vida tras múltiples intentos fallidos con otros tratamientos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Tras 17 años con depresión y ansiedad, Lorena Rodríguez recibió en el HIC una Estimulación Cerebral Profunda (DBS) que, por primera vez, incluyó cuatro electrodos en lugar de dos, marcando un procedimiento pionero en el país. La cirugía DBS, realizada por el Dr. William Omar Contreras López, implanta electrodos cerebrales conectados a una batería en el pecho, que emite impulsos eléctricos continuos para regular la actividad cerebral, ajustables por control remoto.
La depresión no es una simple tristeza o una emoción sin resolver. Es una enfermedad mental que apaga la luz interior de las personas, una batalla silenciosa que se libra en la mente, ajena a la voluntad, y que exige comprensión y ayuda.
Y esta situación la ha vivido, desde hace 17 años, Lorena Rodríguez, quien fue diagnosticada con un trastorno mixto de ansiedad y depresión que le robó la iniciativa, la alegría e incluso las ganas de las tareas cotidianas, como bañarse, vestirse o salir.
“Yo lo había intentado todo: terapias psicológicas, cambios de religión, acercamientos espirituales, terapias alternativas, y una larga lista de psiquiatras y fármacos que mi cuerpo terminaba rechazando”. Su reciente y más fuerte recaída la dejó completamente incapacitada, empujándola al límite de la desesperación, e incluso, de la resignación al pensar que ya no quedaba nada para ella.

Fue entonces cuando la esperanza llegó al conocer al Dr. William Omar Contreras, neurocirujano funcional e investigador aliado del Hospital Internacional de Colombia (HIC). Escéptica tras años de intentos fallidos, Lorena aceptó una videollamada que cambiaría su vida. El neurocirujano le habló de una solución: la Estimulación Cerebral Profunda (DBS, por sus siglas en inglés), una cirugía que podía "encender" las partes de su cerebro "apagadas" y mejorar notablemente su calidad de vida.
El proceso para llegar a un acuerdo duró cerca de dos años y requirió la intervención de juntas quirúrgicas que incluían un grupo multidisciplinario de neurólogos, psiquiatras, neuropsicólogos, epidemiólogos y electrofisiólogos, entre quienes destacan la Dra. Paula Millán y el Dr. Juan Esteban Rosales.
Tras agotar todas las opciones de tratamiento —farmacológicos, psicoterapias y métodos no invasivos— Lorena, originaria de Garagoa (Boyacá) y residente en Madrid (España), emprendió un viaje transformador. Atravesó el océano hasta Bucaramanga, convencida por la reputación del Dr. William Contreras, la excelencia del HIC y la promesa de una vida diferente.
"La depresión no es falta de carácter, es un desequilibrio eléctrico y químico en el cerebro," explica el Dr. Contreras. "Es como si las luces se apagaran en barrios clave de una ciudad, afectando la iniciativa, motivación y la felicidad. Cuando un paciente no responde a ninguna terapia convencional, incluyendo antidepresivos, psicoterapia, Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) y otros, se convierte en candidato para la estimulación cerebral profunda," precisa el neurocirujano.
Así se realiza la Estimulación Cerebral Profunda (DBS)
Esta innovadora cirugía consiste en la implantación de pequeños electrodos o 'chips' directamente en el cerebro. Estos se conectan internamente a una batería (similar a un marcapasos) que se aloja discretamente bajo la piel, usualmente en el pecho. El dispositivo emite impulsos eléctricos continuos que regulan la actividad cerebral, mientras un control remoto permite, por telemetría (tecnología que permite la medición remota y la transmisión inalámbrica de datos), gestionar y ajustar la intensidad de estos impulsos con precisión de acuerdo a la necesidad de la paciente.
La energía de este neuroestimulador cerebral es clave para su función constante. Aunque algunos dispositivos requieren reemplazo cada cinco años, la tecnología actual permite que sean recargables. Los pacientes, como Lorena, pueden recargar su batería de forma inalámbrica desde casa, simplemente colocando un pequeño artefacto externo sobre la piel del pecho, un proceso que, cuenta la paciente, realiza cada tres días.
Esta innovación asegura un suministro continuo de impulsos eléctricos y extiende significativamente la vida útil del implante, proyectando su funcionamiento hasta por 25 años.
La paciente de cuatro electrodos
Lo que hace el caso de Lorena verdaderamente extraordinario es la innovación implementada. Mientras que los procedimientos de DBS suelen implicar la colocación de dos electrodos (uno por cada hemisferio cerebral), Lorena es la primera paciente en Colombia en recibir cuatro.
"Habitualmente, en los procedimientos de estimulación cerebral profunda (DBS) se implantan dos electrodos. Sin embargo, en este caso específico pudimos incorporar una tecnología avanzada que permitió la implantación de cuatro, lo cual representa un abordaje novedoso y altamente personalizado", explica el neurocirujano.
Este enfoque, agrega el Dr. Contreras, es especialmente relevante en el contexto de los trastornos psiquiátricos, que rara vez se presentan de forma aislada. Es común que la depresión coexista con ansiedad, pensamientos obsesivos o sentimientos intensos de culpa. Por ello, era necesario intervenir múltiples circuitos neuronales simultáneamente, para lograr un efecto terapéutico integral.
No se trata de aplicar un protocolo estándar, sino de diseñar una intervención basada en la 'huella digital cerebral' única de cada paciente, guiada por conectómica. “Esta técnica avanzada de neuroimagen permite visualizar en tres dimensiones las principales vías de conexión del cerebro, lo que garantiza una colocación precisa de los electrodos y una neuromodulación más efectiva."
La cirugía incluyó seis horas en las que la paciente estuvo despierta y consciente, permitiendo a los médicos probar y ajustar los estímulos eléctricos en su cerebro antes de completar el implante del dispositivo.
Vivir con el dispositivo y “regresar a la vida”
Una semana después de la cirugía, los cambios empezaron a notarse. "A mí ya se me había quitado el tema de querer ir a un centro comercial, de salir, de comer helado. Eso me volvió rapidísimo. Quise arreglarme, maquillarme, cosa que había olvidado," relata Lorena con emoción. "Es como volver a nacer, volver a conocer muchas cosas de mí. Fue un 'pare' para reconstruirme."
Aunque el proceso es continuo y los resultados máximos pueden evidenciarse hasta los dos años posteriores al procedimiento, Lorena celebra cada día bueno. Ha recuperado la motivación, los sueños, las ganas de aprender, de trabajar e incluso de querer enamorarse nuevamente, cosas que antes le parecían imposibles.
"Nunca pretendemos curar la enfermedad, pero sí mejorar mucho la calidad de vida", afirma el Dr. Contreras. "Que el paciente vuelva a trabajar, que tenga menos frecuencia de las crisis de anhedonia (incapacidad de sentir placer o interés en actividades que antes se disfrutaban). En Lorena hemos visto resultados muy positivos."
Depresión: una enfermedad mundial que pide atención
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta al 5% de la población adulta mundial, con unos 280 millones de personas sufriendo esta condición, una cifra que va en aumento. De estos, 70 millones son casos refractarios, es decir, no se adhieren ni muestran mejora con ningún tratamiento, y se estima que unos 350 mil podrían ser candidatos para DBS en el mundo.
La estimulación cerebral profunda para la depresión es un procedimiento aún raro (alrededor de 400 pacientes globalmente), pero con resultados prometedores. El caso del HIC con cuatro electrodos es pionero en el oriente colombiano.
Lorena hace un llamado a quienes luchan con enfermedades mentales: "La vida que tenemos siempre va a valer la pena vivirla. No nos subestimemos, no pensemos que somos débiles. Hay que hablar, hay que buscar ayuda. Todos debemos tener un psicólogo de cabecera. La salud mental incapacita, a veces más que una enfermedad física."
Agradecida y feliz con el Hospital Internacional de Colombia y el equipo del Dr. William Contreras por el trato profesional y humano que la vio como una persona, no un diagnóstico, Lorena planea retomar su vida, llevando consigo no solo el dispositivo, sino un corazón renovado y la convicción de que hay luz al final del túnel para quienes luchan en silencio.