Soldados del Batallón Ricaurte alcanzan su sueño de graduarse como bachilleres durante el servicio militar

Entre formación militar y jornadas de instrucción, doce jóvenes del Batallón de Infantería N.º 14 Capitán Antonio Ricaurte demostraron que el uniforme también puede ser símbolo de superación personal. Estos soldados, que celebran su grado como bachilleres, encontraron en el servicio militar una oportunidad para transformar su futuro y cumplir metas que parecían aplazadas.

Un sueño hecho realidad

Uno de ellos es el soldado Juan Miguel Martínez Pedrozo, un joven de 19 años, oriundo de San Alberto, Cesar, que creció soñando con seguir los pasos de su familia en la carrera militar. Al cumplir la mayoría de edad, decidió incorporarse al Ejército Nacional con una promesa clara a su madre: terminar el bachillerato antes de regresar a casa.

Gracias a un programa educativo que permite a los soldados continuar su formación académica sin dejar sus deberes, Martínez retomó los estudios con disciplina y entusiasmo, convirtiendo sus ratos libres en jornadas de aprendizaje.

Un soldado integral

Según el Coronel Gerson Iván Molina Cortés, comandante de la Quinta Brigada, el Ejército Nacional, a través de programas en alianza con instituciones educativas, impulsa este tipo de procesos para fortalecer el proyecto de vida de sus soldados. Así, la formación integral se convierte en una herramienta de cambio y en un puente hacia nuevas oportunidades laborales y profesionales.

“Nosotros tenemos una visión estructural del soldado; tiene que ser una persona útil para la sociedad, los capacitamos en la parte académica para que tenga una visión de futuro y en la parte militar para que cumpla la misión”. Expresó el Coronel Molina.

“Fue duro, pero valió la pena. No quería que el servicio fuera solo un paso, sino una experiencia que me hiciera crecer”, comenta con orgullo el joven soldado.

Asimismo, fue la alegría de Cristian Yesid Carreño, un joven soldado quien también cumplió su sueño de ser bachiller dentro del Ejército. “Primero que todo le doy gracias a Dios, a mi madre y mi nona que me apoyan en estos momentos, y también al Ejército Nacional por haberme ayudado a cumplir esta meta”, manifestó el joven.

Incorporación hasta el 26 de noviembre

Con cuadernos en sus mochilas y sueños en la mira, estos jóvenes aprendieron que servir a la patria no significa detener el camino hacia el progreso personal. La institución recordó que la última jornada de incorporación del año estará abierta hasta el 26 de noviembre, invitando a más jóvenes a sumarse a esta experiencia que no solo forma defensores de la patria, sino también ciudadanos con metas, educación y esperanza en el futuro.