Segundo implicado en la muerte del estudiante de la Universidad de los Andes se entregó a las autoridades
Resumen
Ricardo González, señalado como el segundo agresor en la muerte del estudiante Jaime Moreno, se entregó a las autoridades en Cartagena. La Fiscalía trabaja en la audiencia de legalización y búsqueda de pruebas en su contra, en un caso que conmociona al país.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El proceso judicial por la muerte de Jaime Esteban Moreno Jaramillo, estudiante de la Universidad de los Andes, dio un giro clave tras la entrega voluntaria de Ricardo González, señalado como el segundo agresor en el caso que ha conmocionado al país.
González, acompañado por su abogada Gladys Marcela López, se presentó en la URI de Canapote, en el barrio Crespo de Cartagena, hacia las 7:58 de la mañana del domingo, atendiendo la orden de captura emitida por la Fiscalía General de la Nación. La entidad confirmó el procedimiento mediante un comunicado en el que precisó que el sindicado será presentado ante un juez de control de garantías para la legalización de su captura.
Las autoridades establecieron que González es el mismo hombre que aparece en los videos de seguridad agrediendo a Moreno Jaramillo durante una pelea ocurrida la madrugada del 31 de octubre en la calle 64 con carrera 15, a las afueras del bar Before Club, en el norte de Bogotá. Por estos hechos ya fue capturado y judicializado Juan Carlos Suárez Ortiz, el otro implicado en la golpiza que terminó con la muerte del joven universitario.
De acuerdo con la defensa de González, el procesado permaneció todo este tiempo en territorio colombiano y nunca tuvo la intención de huir del país ni viajar a Venezuela, como se había especulado. Su entrega habría sido coordinada por su abogada tras conocerse la orden de captura expedida el 7 de noviembre, en la que se le señala como presunto coautor del homicidio.
Fuentes cercanas al caso revelaron que González, de origen cartagenero, había trabajado recientemente en un puesto de comida rápida en San Victorino, en el centro de Bogotá. Su empleador relató a W Radio que el joven renunció días después del crimen, tras confesar que había participado en una riña la noche de los hechos.
Antes de ese empleo, González se desempeñó en distintos oficios, entre ellos guardia de seguridad y técnico en carpintería. En los videos analizados por la Fiscalía, se le identifica con una camiseta negra y orejas de conejo del mismo color, características que permitieron su plena individualización.
Mientras avanza el proceso judicial, la atención se centra ahora en la audiencia de legalización, imputación y medida de aseguramiento, en la que la Fiscalía buscará demostrar la participación de González en el crimen que estremeció a la capital del país y que podría implicarle una pena de hasta 40 años de prisión.