Mancomunidades estratégicas y tecnología con el Banco Arquidiocesano de Alimentos de Bucaramanga
La sociedad civil ha marcado la pauta que deberían conducir a iniciativas como que el Banco Arquidiocesano de Alimentos de Bucaramanga teja alianzas con universidades, empresas y Alcaldías para implementar huertas escolares, ferias de intercambio de excedentes y programas de monitorización del crecimiento infantil.
Estos proyectos deben generar resultados locales alentadores, conducir a reducir la prevalencia de bajo peso y talla en los niños de algunas veredas y en cabeceras municipales afectadas por desnutrición.
Además, con plataformas tecnológicas que conectan a agricultores con bancos de alimentos y donantes corporativos, para optimizar rutas de recolección y garantizar trazabilidad de los productos, lo que ahorraría costos logísticos y reforzaría la calidad nutricional de las entregas.
El reto, sin embargo, exige escalar estas experiencias, articularlas en una política nacional de seguridad alimentaria y nutrir un pacto social que involucre a todos los sectores como salud, educación, agricultura, transporte y finanzas, ´porque sólo así será posible frenar la curva de la desnutrición infantil y adulta y reducir el impacto negativo en la productividad, la equidad y el desarrollo sostenible.
En un país como Colombia que desperdicia tal cantidad de comida suficientes para alimentar a la región santandereana, resulta inaceptable que millones de niños crezcan con cerebros "a medio gas", producto de las enormes contradicciones, en una sociedad colombiana indolente.