Investigación contra exalcalde de Girón por no echar del cargo al también exalcalde de Girón Carlos Román

El 8 de diciembre de 2025, la Procuraduría General de la Nación (PGN) formuló cargos disciplinarios contra Javier Orlando Acevedo Beltrán, quien se desempeñó como alcalde designado del municipio de Girón (Santander) durante 2022–2023.

Según el ente de control, Acevedo al parecer “se extralimitó en el uso de funciones” al no acatar una decisión judicial que declaraba la nulidad de la elección de Carlos Román Ochoa como alcalde, lo que de acuerdo con los fallos vigentes habilitaba para asumir el cargo a Yulia Moraima Rodríguez Esteban, quien había resultado electa en unos comicios adelantados en junio de 2021.

La Procuraduría advierte que esta omisión habría vulnerado principios fundamentales de la función pública como moralidad, imparcialidad y el principio democrático, por lo que provisionalmente califica la conducta como una “falta disciplinaria grave cometida a título de dolo”.

Así es el expediente

En sesión de 6 de julio de 2023, la Consejo de Estado en su Sección Quinta anuló la resolución mediante la cual el gobernador de Santander había designado a Acevedo como alcalde (la Resolución 27040 de 2022) argumentando que la designación fue discrecional, cuando en realidad, por tratarse de vacancia absoluta faltando menos de 18 meses para terminar el periodo, correspondía respetar la terna presentada por la coalición que había postulado originalmente a Ochoa.

Esa nulidad electoral obedeció a una sanción por “doble militancia” en la inscripción de Ochoa, un motivo por el cual ya se había declarado la nulidad de su elección. Posteriormente, su elección fue anulada por la Corte Constitucional en 2022, confirmando así la decisión del Consejo de Estado.

Esa decisión judicial creó una vacancia absoluta del cargo de alcalde, lo que legalmente debía llevar a que la coalición que postuló originalmente presentara una terna de candidatos, de la cual el gobernador debería escoger uno. Pero en lugar de ello, designó a Acevedo, lo que, según el Consejo de Estado, desconoció los derechos políticos de la colectividad y vulneró el mecanismo de sustitución democrática previsto en la ley.

En medio de esa disputa, se generó una profunda inestabilidad política: para esa época, en solo 38 meses Girón llegó a tener hasta seis alcaldes en propiedad, encargados o designados lo que habla del vertiginoso vaivén institucional vivido por el municipio.

Durante ese caos jurídico-administrativo, la designación de Acevedo como alcalde a pesar de los fallos que favorecían a Rodríguez Esteban fue objeto de múltiples cuestionamientos, denuncias y recursos, incluyendo solicitudes de nulidad del proceso y de tutela.

Posibles consecuencias y lo que sigue

Al formular cargos, la Procuraduría abre un proceso disciplinario. Acevedo tendrá la oportunidad de presentar sus descargos, pruebas y defensa. El resultado definirá si se le impone una sanción que podría ir desde inhabilitación hasta destitución, dependiendo del grado de la falta y el dictamen final.

Si se comprueba la “falta disciplinaria grave a título de dolo”, no sólo su credibilidad y trayectoria quedarían seriamente afectadas, sino que también se reforzaría la importancia del respeto a las decisiones judiciales y del principio democrático en Gobiernos locales.

El caso vuelve a poner bajo la lupa las prácticas de designaciones discrecionales en municipios donde ha existido nulidad electoral por irregularidades, así como la necesidad de garantizar mecanismos transparentes para sustituir autoridades de manera legítima y legal.

Además, la situación en Girón podría servir como precedente para otros municipios con casos similares: demuestra que la reiteración de decisiones judiciales y su incumplimiento no quedan en simples polémicas políticas, sino que pueden derivar en responsabilidades disciplinarias.

El caso de Girón no es aislado. La anulación de la elección de Carlos Román Ochoa por doble militancia, seguida de fallos contradictorios, apelaciones, acciones de tutela, designaciones provisionales y nuevos fallos, dejó al municipio en un estado crónico de inestabilidad. En 38 meses, Girón pasó por seis alcaldes, lo que ha generado críticas de la ciudadanía, desgaste institucional y desconfianza en las autoridades.

Recuperar la institucionalidad

Según analistas y reportes locales, esa convulsión administrativa afectó la gestión pública, generó vacíos de poder, ralentización de decisiones municipales y limitó la gobernabilidad del municipio.

Con los nuevos cargos disciplinarios contra Acevedo, la Procuraduría busca poner orden: exigir responsabilidad, asegurar el respeto a los fallos judiciales y con ello recuperar la institucionalidad en Girón.

El proceso disciplinario que enfrenta Javier Orlando Acevedo Beltrán por presunta omisión de cumplimiento de fallos judiciales en Girón simboliza una tensión profunda entre la voluntad popular expresada en votos, las decisiones de los tribunales y las prácticas políticas de designación discrecional.

Más allá del nombre propio, lo que está en juego es la legitimidad de la autoridad local, el respeto al Estado de derecho y la garantía del derecho a elegir y ser elegido. La resolución de este caso podría tener implicaciones importantes no solo para Girón sino para otros municipios con historias similares.