Estricta ceremonia en Roma para elegir al nuevo pontífice

La tradición religiosa del pontificado señala que todos los cardenales encargados de elegir al sucesor del Papa Francisco se trasladaron la tarde anterior al inicio del cónclave a la Casa de Santa Marta en Roma, la residencia ubicada en el interior del Vaticano donde vivió Francisco.
Desde ese momento permanecerán aislados del mundo, totalmente incomunicados. Cada día los cardenales celebrarán la misa y luego se trasladarán a la Capilla Sixtina, donde a las 9.00 de la mañana para rezar el 'laudes’ y después de la segunda votación de la tarde, los electores rezarán las vísperas. Los cardenales votarán dos veces por la mañana y dos veces por la tarde (a las 4.00 de la tarde hora local).
Actualmente hay 133 cardenales electores, entre ellos el de Colombia, Monseñor José Antonio Rueda Aparicio, por lo que se necesitan 88 votos entre los cardenales para ser elegido sucesor de Pedro.
Cada dos votaciones, las papeletas en las que los cardenales han escrito su candidato se queman en una estufa dentro de la Capilla Sixtina. Una vez realizada la elección del Santo Padre, saldrá humo blanco de la chimenea y al mismo tiempo sonarán las seis campanas de la catedral de San Pedro en señal de celebración.
"En la sacristía de la Capilla Sixtina se prepara una sala con los vestidos del nuevo pontífice de varias tallas. Se trata de la "sala de las lágrimas", llamada así porque es el lugar donde el elegido desahoga la emoción que ha contenido hasta ese momento.
El último cardenal diácono elige a tres escrutadores, tres auditores y tres colaboradores- Los Maestros de Ceremonias darán al menos dos o tres papeletas en blanco a cada elector, luego salen de la Capilla Sixtina. Cada cardenal llena en secreto la papeleta, escribiendo "claramente, con una letra lo más reconocible, el nombre de la persona que elige”.