Entregan restos de una de las personas desaparecidas durante la Operación Berlín en Santander
Resumen
La familia López Mora recuperó el cuerpo de Pedro Antonio, desaparecido hace 26 años durante el conflicto armado. La entrega, resultado de un trabajo conjunto entre la UBPD y otras entidades, incluyó la identificación del cuerpo mediante pruebas genéticas.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Tras 26 años de búsqueda, la familia López Mora recibió el cuerpo de Pedro Antonio en una entrega digna realizada en el municipio de Granada, en el Meta. La familia López Mora volvió a reencontrarse con Pedro Antonio, quien había desaparecido en 1998 en el marco del conflicto armado. El encuentro fue íntimo: se dio en el cementerio municipal de Granada, en el Meta, en una ceremonia donde la familia le ofreció el último adiós.
Este camino de búsqueda inició con Helena, hermana de Pedro, quien dejando atrás el temor y animada por su esposo, decidió denunciar el caso por la desaparición de su único hermano. Primero lo hizo ante la Fiscalía General de la Nación, luego con la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD).
Su testimonio fue clave para reconstruir el lugar donde se encontraba el cuerpo de Pedro. “Dios me dio el valor y yo dije: voy a ir. Pensé que la denuncia no llevaría a nada, cuando me preguntaron dónde y cuándo había desaparecido, en el sistema me mostraron una foto de él, vestido de militar. Confirmé que sí era él”, recuerda Helana.
Pedro fue visto por última vez en Mesetas, en el Meta. Su hermana lo encontró allí un domingo, tras meses sin comunicación. Junto con su madre, se tomaron una foto. Fue la última huella que dejaron juntos.
¿Qué pasó con Pedro?
La investigación humanitaria y extrajudicial de la UBPD pudo concluir que Pedro Antonio integró la columna móvil Arturo Ruíz del Bloque Oriental de las FARC y su fallecimiento ocurrió durante la ‘Operación Berlín’, entre noviembre de 2000 y enero de 2001, en el Páramo de Berlín, en los límites entre Santander y Norte de Santander.
El proceso de búsqueda también ha permitido establecer que, al menos, 62 cuerpos de personas pertenecientes a la columna móvil ingresaron y fueron inhumados en el Cementerio Municipal de Bucaramanga entre finales del 2000 y comienzos del 2001.
La identificación de Pedro Antonio fue posible gracias a los aportes de información de firmantes del Acuerdo de Paz, la Corporación Reencuentros, familiares vinculados al Caso 07 de la Jurisdicción Especial para la Paz y organizaciones como Benposta y Coalico. También contribuyeron el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Secretaría de Salud de la Alcaldía de Bucaramanga y entidades locales del Meta.
De esta manera, la Corporación Reencuentros ha desempeñado un papel clave en la reconstrucción de lo ocurrido durante la operación Berlín.
“Hemos venido construyendo una memoria muy importante en dos rutas. Una es la identificación de las distintas personas que desaparecieron en la operación Berlín; y la otra, es la identificación de las familias de estas personas que desaparecieron en la operación”, explica Arcenio Silva Ramos, coordinador territorial para la región de los Santanderes de la corporación.
Desde su trabajo, acompañan a las familias y articulan esfuerzos con entidades como el CICR y la Unidad de Búsqueda para encontrar estructuras óseas, documentar historias y tender puentes entre las personas desaparecidas y quienes los siguen buscando.
“Para esas familias, la persona desaparecida es su ser querido. Para nosotros, los firmantes, también lo es: convivimos juntos, los conocimos, compartimos las mismas 24 horas. Por eso tenemos información que puede ayudar en la búsqueda”, agrega Silva Ramos.
Asimismo, el proceso requirió un trabajo articulado entre los equipos de la UBPD en Santander y Meta, permitiendo dar respuesta a la familia en el marco de la búsqueda interterritorial.
En el proceso de identificación del cuerpo se aplicaron técnicas de verificación de correspondencia post mortem. El cuerpo recuperado ya había sido sometido a una primera necropsia y se realizó una segunda para cotejar elementos asociados, como prendas de vestir y también características físicas propias de Pedro. Entre estos, se identificó la forma de su dentadura y una marca en la mejilla izquierda. Su madre la reconoció de inmediato: una quemadura que sufrió cuando tenía dos años.
Con este proceso de verificación, la Unidad de Búsqueda orientó la identificación antes de trasladar el cuerpo, bajo cadena de custodia, al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF). Allí el análisis genético confirmó la identidad con la toma de muestras de ADN realizadas, agilizando la entrega digna del cuerpo a su familia.
El reencuentro
Luego de su plena identificación, el cuerpo fue trasladado al Meta, donde el equipo profesional de la Unidad de Búsqueda acompañó a la familia en un acto de reencuentro y despedida con Pedro Antonio. Después de años de incertidumbre, pudieron darle un último adiós.
Pasaron 26 años y Helena finalmente cumplió lo que se propuso: traer de vuelta a su hermano. “Aunque han pasado muchos años, siento como si él se hubiera muerto ayer”, dice mientras mira el cofre fúnebre. Ahora tiene un lugar donde visitarlo en el cementerio municipal de Granada, donde fue inhumado de manera discreta.
La Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) registra en Meta cerca de 9.500 personas desaparecidas. Por eso se hace un llamado a quienes tengan seres queridos desaparecidos en este departamento y en Santander para que se acerquen a presentar sus solicitudes de búsqueda. También la invitación se extiende a quienes crean tener información que pueda contribuir a la localización y recuperación de personas desaparecidas durante el conflicto armado y antes de 2016. Pueden comunicarse a la línea 3162819857.