En el olvido se mantiene el talud del barrio La Salle
Resumen
El talud del barrio La Salle, utilizado como un símbolo urbano en Bucaramanga, se encuentra en deterioro desde su intervención en 2022. A pesar de denuncias públicas, el descuido persiste, reflejando desinterés institucional y contrastando con el lema de la ciudad como “meseta verde”.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Ha pasado una semana desde que se hizo la denuncia pública sobre el deterioro del talud del barrio La Salle y, sin embargo, nada ha cambiado. Este espacio verde, visible para todos los ciudadanos que transitan entre Bucaramanga y Floridablanca, se encuentra en un estado de abandono que refleja la desidia institucional y la falta de interés por la conservación de la ciudad. Lo que alguna vez fue un jardín bien cuidado y un símbolo de orgullo urbano, hoy es un rincón dominado por la maleza y el descuido.
El problema no es reciente. En 2022, con motivo de la celebración de los 400 años de Bucaramanga, la administración del entonces alcalde Juan Carlos Cárdenas Rey intervino el talud con la emblemática inscripción "400 BGA", que durante un tiempo fue un punto de referencia en la ciudad. Sin embargo, tres años después, este símbolo no solo está desactualizado, sino que el jardín que lo enmarcaba ha sido completamente olvidado. La vegetación crece sin control y la imagen de deterioro contrasta con la idea de una ciudad que se autodenomina la “meseta verde” de Colombia.
Óscar Jahir Hernández Rugeles, abogado y columnista de este medio de comunicación, ha sido una de las voces que ha alzado la denuncia sobre este abandono, señalando la inacción de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB). Su inconformidad no solo apunta al deterioro del jardín, sino a la evidente diferencia en la gestión de recursos: mientras se han destinado fondos y esfuerzos a la polémica eliminación de murales como “Las Cuchas Tienen Razón”, no hay ninguna señal de voluntad para restaurar un espacio verde que pertenece a todos los ciudadanos. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo la administración seguirá ignorando este problema?