El Arca de Zoé: la falsa ONG francesa que intentó traficar más de cien niños africanos
Resumen
El Arca de Zoé, una falsa ONG, intentó traficar 103 niños de Chad a Francia en 2007. Con un pretexto humanitario, cobraron grandes sumas a familias francesas por adopciones. El episodio resaltó la necesidad de monitorear actividades bajo la máscara de solidaridad.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El 25 de octubre de 2007, las autoridades de Chad frustraron una de las operaciones de tráfico infantil más escandalosas del siglo XXI. En el aeropuerto de Abéché, la policía detuvo un avión de la compañía española Girjet que transportaba a 103 niños africanos, la mayoría chadianos, listos para ser llevados ilegalmente a Francia. Los supuestos rescatistas pertenecían a una organización llamada El Arca de Zoé, que se presentaba como una ONG humanitaria dedicada a salvar huérfanos de la guerra en Darfur. En realidad, se trataba de una red criminal que planeaba vender a los menores a familias francesas bajo el pretexto de adopciones humanitarias.
El operativo, denunciado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y UNICEF, reveló que la ONG había cobrado entre 2.800 y 6.000 euros por cada niño. Muchos de los menores ni siquiera eran huérfanos, sino que tenían padres o familiares que desconocían su paradero. Los miembros de El Arca de Zoé habían fabricado historiales médicos falsos para justificar una “evacuación sanitaria” y encubrir el secuestro.
La detención generó una crisis diplomática entre Chad, Francia y España. Los seis franceses implicados, junto con tres periodistas y la tripulación española, fueron arrestados y trasladados a Yamena, la capital de Chad, para ser juzgados. El presidente chadiano Idriss Déby calificó la operación como un acto de “pedofilia y tráfico de órganos” y exigió justicia ejemplar. Sin embargo, la presión política y mediática en Europa cambió el curso de los acontecimientos.
Pocos días después, el entonces presidente francés Nicolas Sarkozy viajó personalmente a Chad para negociar la liberación de los detenidos. Aunque el juicio concluyó con una condena de ocho años de prisión y trabajos forzados para los responsables, un acuerdo entre ambos gobiernos permitió su traslado a Francia. Meses más tarde, todos fueron liberados tras un decreto de amnistía firmado por Déby, en un episodio que consolidó la sensación de impunidad.
En Francia, los tribunales impusieron penas simbólicas y multas que nunca fueron verificadas, mientras El Arca de Zoé fue disuelta oficialmente. Su fundador, Éric Breteau, y su pareja, Émilie Lelouch, cumplieron una condena leve antes de mudarse a Sudáfrica, donde abrieron un hotel.
El caso, que afectó la credibilidad de muchas ONG genuinas, expuso los abusos cometidos bajo el disfraz del humanitarismo. Dieciocho años después, la historia del Arca de Zoé sigue siendo un recordatorio de cómo la solidaridad puede ser manipulada para encubrir el crimen más atroz: el tráfico de niños.