Cristian Portilla, el poder de la maquinaria institucional y del voto dictado desde el púlpito
Con 63.317 votos (45.66%), Cristian Fernando Portilla Pérez se impuso en las elecciones atípicas celebradas el domingo 14 de diciembre y fue elegido como nuevo alcalde de Bucaramanga para completar el periodo de su antecesor y padrino político, Jaime Andrés Beltrán. El resultado confirmó el peso de las estructuras políticas ya instaladas, la diciplina del voto impuesto desde el púlpito, y el impacto decisivo de una jornada electoral con baja participación ciudadana.
Por Camilo Ernesto Silvera Rueda - Redacción Política / EL FRENTE
Portilla superó con amplia ventaja a Carlos Enrique Bueno Cadena, quien ocupó el segundo lugar con 26.208 votos (18.90%). Más atrás se ubicaron Edinson Fabián Oviedo Pinzón con 20.640 votos (14.88%), Humberto Salazar García con el 15.299 votos (11.03%); Jean Carlos Albernie Vergel con 5.148 votos (3.71%) y Juan Manuel González, del Partido Demócrata Colombiano, con 1.482 votos (1.06%).
En total, 136.622 ciudadanos acudieron a las urnas, lo que representa apenas el 25 por ciento de participación frente a un censo electoral de 531.239 personas habilitadas para votar. La cifra deja en evidencia que la abstención volvió a ser la gran protagonista del proceso, al alcanzar la histórica cifra de un 75%.
En este contexto, el resultado electoral refuerza la lectura política de que, en escenarios de baja participación, las maquinarias electorales y los votos altamente disciplinados adquieren un peso determinante.
En este caso, el triunfo de Portilla se explica, en buena medida, por la estructura política heredada de la administración de Jaime Andrés Beltrán, quien dejó consolidada una red de apoyo desde el gobierno local.
A este factor se suma la influencia que tanto el nuevo alcalde como su antecesor ejercen en distintos sectores de las iglesias cristianas de la ciudad, donde cuentan con un potencial electoral significativo.
Este tipo de voto, caracterizado por su cohesión y disciplina, terminó siendo incluso más efectivo que el de las maquinarias tradicionales, ampliando la brecha frente a sus contendores.
Con estos resultados, Cristian Fernando Portilla asume la Alcaldía de Bucaramanga con el reto de gobernar una ciudad donde tres de cada cuatro ciudadanos se abstuvieron de votar, un dato que plantea interrogantes sobre la legitimidad social, la desconexión política y los desafíos que enfrentará su administración en el tramo final del periodo.
