Balance ambiental: menos tala, más retos en la Amazonía

Balance ambiental: menos tala, más retos en la Amazonía

Resumen

La Amazonía colombiana logró reducir la deforestación en un 25% durante 2025, alcanzando 36.280 hectáreas deforestadas. Este logro se debe a la colaboración con comunidades y estrategias de conservación, pero surgen nuevos retos en áreas aún vulnerables.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Alejandra León

Aunque la deforestación sigue siendo una de las principales amenazas ambientales del país, la Amazonía colombiana mostró una reducción significativa durante 2025. Entre enero y septiembre, la pérdida estimada de bosque cayó un 25 %, un resultado que marca un avance frente al mismo periodo del año anterior, pero que no elimina las alertas en zonas históricamente afectadas.

De acuerdo con el más reciente informe del Ideam, en los primeros nueve meses de 2025 se deforestaron 36.280 hectáreas, una cifra menor a las cerca de 48.500 hectáreas registradas en 2024. El comportamiento no fue uniforme: los mayores picos se concentraron a comienzos de año, mientras que hacia el segundo trimestre se evidenció una disminución notable, influida tanto por factores climáticos como por acciones de control en el territorio.

El fenómeno continúa concentrándose en pocos departamentos. Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo reúnen casi la totalidad de la deforestación amazónica del país. En los tres primeros se registraron reducciones importantes, mientras que Putumayo presentó un aumento, lo que refleja dinámicas diferenciadas y la necesidad de respuestas específicas según el contexto local.

Las autoridades ambientales atribuyen la disminución general a una mayor articulación con las comunidades, el fortalecimiento de acuerdos voluntarios de conservación, procesos de restauración ecológica y el impulso a actividades productivas sostenibles, además del acompañamiento económico a miles de familias que hoy participan en programas de protección forestal.

Sin embargo, el panorama dista de ser resuelto. El Ideam mantiene alertas activas en el arco noroccidental de la Amazonía, donde persisten presiones asociadas al acaparamiento de tierras, la ganadería extensiva, la apertura de vías ilegales y, en algunos territorios, la expansión de cultivos ilícitos. Estas dinámicas tienden a intensificarse durante la transición hacia la temporada seca, cuando el bosque queda más expuesto.

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por Alejandra León
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