“Tengo miedo, pero no hablo de eso”: el drama oculto del cáncer de próstata en Colombia
Resumen
En Colombia, el cáncer de próstata es una grave amenaza, con 65,333 casos prevalentes. Aunque el diagnóstico temprano puede aumentar la supervivencia al 90 %, el impacto psicológico sigue descuidado, con un 46 % de hombres sin apoyo emocional durante el tratamiento.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En Colombia, el cáncer de próstata sigue siendo una amenaza persistente para la salud masculina, no solo por su alta incidencia —con más de 65 333 casos prevalentes—, sino por las secuelas emocionales que deja en quienes lo enfrentan. A pesar de que el diagnóstico oportuno puede elevar la supervivencia hasta un 90 % a diez años, el impacto psicológico del cáncer continúa siendo un aspecto descuidado en el sistema de salud.
En el marco del mes para conmemorar la lucha contra el cáncer de próstata, la Corporación Luz Rosa y la farmacéutica Bayer hicieron un llamado a reflexionar sobre la necesidad de un abordaje integral de la enfermedad. Una de sus principales alertas: el 46 % de los hombres diagnosticados con esta patología no recibe ningún tipo de apoyo psicológico durante su tratamiento.
“El cáncer de próstata puede dejar una profunda huella emocional. Muchos hombres experimentan miedo, ansiedad e incertidumbre incluso años después del diagnóstico”, advierte la doctora Liliana Torres, líder médica de oncología de Bayer. Según estudios recientes, uno de cada cinco hombres convive con estas emociones a largo plazo, lo que evidencia un vacío importante en la atención emocional.
El tratamiento de la enfermedad no solo implica procedimientos médicos o quirúrgicos. También puede afectar la autoestima, alterar la percepción de la masculinidad y deteriorar la dinámica familiar y sexual. Por ello, organizaciones como Luz Rosa insisten en la necesidad de incluir a la pareja y a la familia en el proceso de adaptación y ofrecer espacios seguros para expresar emociones y fortalecer las redes de apoyo.
Aunque el diagnóstico precoz es una de las herramientas más eficaces para salvar vidas y preservar la calidad de vida, aún existen grandes barreras culturales y de información. “Detectar este tipo de cáncer de manera oportuna puede marcar la diferencia”, enfatizó la doctora Torres. “Pero el miedo, la desinformación y los prejuicios culturales continúan siendo obstáculos enormes”.
Las pruebas recomendadas —el antígeno prostático específico (PSA) y el tacto rectal— deberían realizarse a partir de los 50 años, o a los 40 si hay antecedentes familiares. Sin embargo, se estima que el 58 % de los hombres nunca se ha hecho estos exámenes, y que un 17,9 % los evita por miedo o vergüenza.
El carácter silencioso del cáncer de próstata en sus etapas iniciales complica aún más el panorama. Cerca del 81 % de las muertes por esta enfermedad ocurren cuando ya está en fase avanzada, lo que limita las opciones terapéuticas y amplifica el impacto emocional.
Más allá de las cifras
Para Alejandra Toro, fundadora de la Corporación Luz Rosa, la clave está en una detección oportuna acompañada de una cultura del autocuidado. “En la detección temprana está el éxito de un tratamiento oportuno. Realizarse los exámenes a tiempo y mantener una rutina de autocuidado permite una detección rápida, lo que se traduce en un manejo terapéutico más efectivo y más años libres de progresión de la enfermedad”, afirmó.
Promover hábitos saludables como mantener un peso adecuado, hacer ejercicio, evitar el alcohol y el cigarrillo, y asistir a chequeos médicos de forma regular, son medidas concretas que pueden marcar la diferencia.
Sin embargo, también es urgente derribar los estigmas que impiden hablar abiertamente sobre la salud masculina. “Abordar el cáncer de próstata no se limita al diagnóstico y tratamiento. Implica garantizar un sistema de atención que escuche, acompañe y trate al paciente en todas sus dimensiones: física, emocional y social”, añadió la doctora Torres.