Nueva ruta fluvial pretende darle brillo al potencial turístico del Río Magdalena
Resumen
El MinCIT y Fontur invirtieron $5.093 millones en revitalizar destinos en el Caribe colombiano para impulsar el turismo. Proyectos incluyeron la creación de rutas turísticas y mejoras en infraestructura, beneficiando a más de 91.800 personas directa e indirectamente.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El MinCIT, a través de Fontur, destinó $5.093 millones (87 % de los recursos) para impulsar el turismo en El Banco, Santa Bárbara de Pinto, Sitionuevo (corregimiento de Nueva Venecia) y San Basilio de Palenque. El proyecto impactó directamente a 1.900 personas y benefició de manera indirecta a cerca de 91.800 habitantes. Se consolidaron cuatro rutas turísticas en los destinos intervenidos. Además de las intervenciones en muralismo y fachadas, el proyecto dotó con mobiliario urbano tres de los cuatro destinos impactados.
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo realizó la entrega oficial del proyecto Destinos con Color en la Región Caribe, a través del Fondo Nacional del Turismo (Fontur), en alianza con la Fundación Pintuco, para fortalecer el turismo comunitario en cuatro municipios del Caribe colombiano: El Banco, Santa Bárbara de Pinto, Sitionuevo (Nueva Venecia) y San Basilio de Palenque.

Para el Gobierno del Cambio, estos territorios representan una gran oportunidad para la reactivación del turismo fluvial en el río Magdalena, lo cual los proyecta como posibles destinos turísticos de interés internacional. Por esta razón, se destinó una inversión de $5.093 millones, con el fin de mejorar la infraestructura, la competitividad y la promoción turística de estos municipios con un alto valor cultural y natural, al tiempo que se genera empleo y se impulsa el desarrollo sostenible. Además, esta iniciativa benefició directamente a 1.900 personas durante su ejecución y, según estimaciones, llegará a impactar de manera indirecta a cerca de 91.800 habitantes en los cuatro municipios intervenidos.
Un proyecto que resalta la identidad, la memoria y el color
Uno de los principales componentes de Destinos con Color fue la revitalización de espacios físicos para potenciar la vocación turística de los destinos a través de acciones integrales y mejoramiento de la infraestructura comunitaria en los cuatro territorios, logrando:
Revitalizar 31.090 m² de fachadas
· Elaborar 37 murales, que representan 1.180 m², reflejando la cultura, los saberes y el potencial turístico de cada comunidad
· Dotar con mobiliario urbano mediante la instalación de cinco (5) espacios comunitarios en Santa Bárbara (1), El Banco (3) y Nueva Venecia (1), que además de ser para uso público de los locales, se constituyen en atractivos turísticos para los visitantes
Las intervenciones físicas se complementaron con la consolidación de cuatro rutas turísticas, creadas a partir de la memoria, los saberes y las tradiciones de las comunidades locales, con un papel protagónico de las mujeres en la transmisión cultural y en la generación de ingresos:
· Los Colores de la Cumbia, en El Banco: un recorrido que conecta la historia musical y dancística de la región, donde las mujeres son guardianas del canto y la danza tradicional
· El Color de las Tradiciones, en Santa Bárbara de Pinto: una experiencia que invita a explorar los oficios y costumbres locales
· Tras las Huellas del Agua, en Nueva Venecia: una travesía por el territorio anfibio y su estrecha relación con la vida de sus habitantes
· Palenque Viva, Retratos de Nuestra Memoria, en San Basilio de Palenque: un recorrido que resalta el patrimonio material e inmaterial del primer pueblo libre de América.

El Río Magdalena y la ruta que
inspiró a Gabriel García Márquez
El río Magdalena, o el río Grande la Magdalena, es más que un simple cuerpo de agua que atraviesa más de la mitad de Colombia de sur a norte; es una arteria que late con la historia, la cultura y la vida cotidiana del país.
Desde su nacimiento en el Macizo Colombiano, donde la cordillera de los Andes le da origen, hasta su desembocadura en el mar Caribe, este río ha sido testigo de innumerables historias y ha sido fuente de inspiración para muchos, incluyendo al Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.
Para el escritor colombiano, el río Magdalena no solo era el río más grande de Colombia, sino un símbolo de la vida misma. Fue en sus aguas en las que el joven García Márquez viajó entre Sucre y Puerto Salgar hasta llegar a Zipaquirá, en donde vivió algunos de sus años de formación más importantes.
Estos viajes, que podían llegar a durar hasta 3 días, a bordo de los buques que recorrían el río, no solo lo conectaron físicamente con diferentes regiones del país, sino que también lo sumergieron en la riqueza cultural y natural de Colombia, una experiencia que quedaría grabada en su memoria y que luego inspiraría sus obras.
En Vivir para contarla (su obra autobiográfica), García Márquez recuerda con cariño estos viajes, describiéndolos como momentos de alegría, llenos de parrandas y de un paisaje inacabable.
A bordo del buque David Arango, García Márquez quedó fascinado con la vibrante vida que se desplegaba a lo largo del río, un paisaje que luego se reflejaría en las páginas de sus obras, donde lo maravilloso cobra vida en escenarios tan vivos como el mismo río Magdalena.
Muchos años después, el escritor escribiría: “Por lo único que quisiera volver a ser niño es para gozar de aquel viaje”.