Nicaragua reafirma su alianza con Irán tras guerra con Israel
Resumen
El régimen de Ortega en Nicaragua reafirma su alianza con Irán, defendiendo su programa nuclear y sugiriendo una proliferación nuclear global. Esto genera alarma en la comunidad internacional y tensiones con países como EE.UU. e Israel.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)A solo días de finalizada la guerra de 12 días entre Irán e Israel, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua ha reafirmado públicamente su alianza estratégica con la República Islámica, generando alarma en la comunidad internacional. En un acto oficial transmitido por la televisión estatal el pasado 23 de junio, Ortega no solo defendió el programa nuclear iraní, sino que insinuó que “todos los países deberían tener sus armitas atómicas”, en un discurso que ha sido interpretado como una apología velada a la proliferación nuclear.
“El mundo sería más equilibrado si todos los países tuvieran capacidad de defensa atómica. Solo así nos respetarían”, dijo Ortega, quien también acusó a Estados Unidos e Israel de promover “una guerra de desgaste” contra Irán. El mandatario sandinista calificó al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu de “verdugo” y respaldó abiertamente al régimen de los ayatolás, afirmando que su programa atómico tiene fines pacíficos.
Esta postura no es nueva. Ortega ha sostenido durante años que el acceso a armas nucleares debería ser universal. Ya en 2021 y 2023 había lanzado declaraciones similares, particularmente durante visitas oficiales de altos representantes iraníes, como el fallecido canciller Hossein Amir Abdollahian y el expresidente Ebrahim Raisi, quien estuvo en Managua en junio de 2023.
La relación entre Nicaragua e Irán se remonta a 1979, cuando ambas naciones vivieron revoluciones que marcaron un viraje ideológico. Sin embargo, ha sido en los últimos 15 años —con Ortega nuevamente en el poder— que los vínculos se han intensificado. Se han firmado convenios de cooperación en salud, agricultura, tecnología y defensa, y Nicaragua ha ofrecido su territorio como plataforma comercial y diplomática para los intereses iraníes en Centroamérica.
La alianza ha despertado serias preocupaciones en Washington. Informes de inteligencia, como uno filtrado en 2023 por el Pentágono y citado por The New York Times, alertan sobre posibles conversaciones entre altos funcionarios nicaragüenses e iraníes para establecer cooperación militar directa. Según el experto en seguridad global Joseph Humire, Nicaragua podría estar siendo usada como base encubierta de operaciones, replicando el modelo iraní de influencia observado en países como Argentina.
El Departamento de Estado estadounidense ha sido enfático: “Nicaragua, Cuba y Venezuela son enemigos de la humanidad”, dijo una alta funcionaria antes de la Asamblea General de la OEA celebrada esta semana, al advertir que América Latina debe “elegir de qué lado está”.
A esto se suma la reciente aprobación en Nicaragua de una polémica Ley de Telecomunicaciones que otorga al régimen un mayor control sobre las comunicaciones digitales y podría facilitar tareas de espionaje. Aunque no se ha confirmado una colaboración técnica directa de Teherán en este campo, analistas advierten sobre una posible asesoría iraní en la implementación del sistema.
Mientras algunos países de la región como Venezuela y Cuba respaldan a Irán, otras naciones como Colombia, Brasil y Paraguay han marcado distancia. “Convertirse en el peón de Irán no es soberanía, es suicidio”, sentenció el exdiplomático nicaragüense Francisco Aguirre Sacasa. Desde el exilio, líderes opositores han advertido que la alianza con Teherán expone al país a sanciones internacionales y a convertirse en blanco de represalias.
En el fondo, más allá de los acuerdos económicos aún incumplidos —como un puerto en el Caribe, una planta cementera o una línea ferroviaria—, lo que parece consolidarse es un bloque ideológico antioccidental que, con Nicaragua como ficha clave, busca desafiar abiertamente la hegemonía de Estados Unidos en la región.