Lo que nadie cuenta sobre las quemaduras con pólvora
Resumen
El uso de pólvora provoca no solo daños físicos, sino también graves consecuencias emocionales como ansiedad y depresión. Las quemaduras severas traen largos procesos de recuperación y los efectos psicológicos permanentes afectan a víctimas, familias y personal de salud.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Las quemaduras provocadas por pólvora no terminan cuando sana la piel. Para muchas víctimas, especialmente durante la temporada decembrina, el impacto real aparece después: ansiedad, estrés postraumático, depresión y alteraciones profundas en la autoestima, efectos que en algunos casos pueden ser irreversibles.
Así lo advirtió el Colegio Colombiano de Psicólogos (Colpsic), que llamó la atención sobre las consecuencias emocionales que enfrentan quienes sobreviven a este tipo de accidentes, así como sus familias y el personal de salud que los atiende. “La gravedad de las lesiones puede desencadenar daños psicológicos permanentes que afectan la vida personal, familiar y social del paciente”, señaló Martín Alberto Velarde Borjas, representante regional del campo de Psicología Clínica del Capítulo Antioquia.
El pronunciamiento se da en medio de un nuevo reporte del Instituto Nacional de Salud (INS), que registra 279 personas lesionadas por pirotecnia entre el 1 y el 8 de diciembre de 2025, 172 de ellas durante la Noche de Velitas. Un dato especialmente preocupante es que tres de cada diez víctimas son menores de edad.
De acuerdo con Colpsic, las quemaduras de segundo y tercer grado suelen generar un mayor impacto emocional debido a los largos procesos de hospitalización, cirugías reconstructivas y cicatrices visibles. En los casos más severos, cuando hay amputaciones o pérdida extensa de tejido, los pacientes enfrentan no solo un duelo físico, sino también una crisis de identidad y autonomía.
El impacto no se limita al herido. Las familias atraviesan episodios de miedo, culpa e incertidumbre, especialmente cuando el afectado es un niño. A esto se suma el desgaste emocional del personal médico, que enfrenta de manera constante situaciones de alta carga psicológica durante la atención de pacientes quemados.
Desde el gremio de psicólogos reiteraron que el acompañamiento psicológico integral es clave para la recuperación y adaptación tras este tipo de accidentes, al tiempo que insistieron en la prevención y el no uso de pólvora como la única forma efectiva de evitar daños que van mucho más allá de lo visible.