La voz truncada de los Guane resuena en la capital del reino de España

Tributo a una de nuestras etnias indígenas más legendarias. El bumangués Marcelo Chaparro Santana, egresado de la UIS, escritor y divulgador cultural afincado en España, ha sido el elegido para erigir en la nueva sede del Consulado de Colombia en Madrid el mural más grande dedicado a una cultura prehispánica en toda Europa. Y, como no iba a ser de otra manera, rindió tributo a una de nuestras etnias indígenas más legendarias y rodeadas de misterio: los Guane. Ubicado en pleno centro de la capital de España (Calle Madrazo 8, a escasas tres calles de la Plaza del Sol), este Consulado es el de mayor extensión, y la adecuación de la nueva sede estuvo a cargo del Cónsul General Rodrigo Pinzón Navarro, arquitecto, que ha desempeñado una interesante labor de apoyo a los artistas colombianos en Madrid.

“La voz truncada” es el título de este mural, de 11 metros de ancho por 3 de alto, que en seis escenas cuenta la génesis, desarrollo y exterminio de los Guane. Respetando las proporciones y colores (ocre hematita, saponita férrica) de los pictogramas originales que desde siglos atrás decoran las rocas-lienzos del majestuoso cañón del Chicamocha y la meseta de Xérira, el bumangués ha abarcado elementos pictográficos de la cosmogonía, espiritualidad, cotidianidad y concepción del placer estético con una finalidad muy precisa: aportar un grano de arena en la promoción del legado cultural santandereano; ayudar a reforzar la Marca Santander en el exterior - de menor presencia que la de otras facetas del país como lo caribe, lo paisa o lo bogotano.

El consulado atiende diariamente a unos 300 ciudadanos colombianos residentes en la Comunidad de Madrid, la de mayor densidad poblacional del estado español, además de ser lugar de encuentro de personalidades del mundo de la cultura en la ciudad. Todo esto lo convierte en punto neurálgico de máxima exposición a un público que, debido al impacto que genera la enorme obra, se siente atraído por ella, aprende y disfruta estéticamente de nuestros antepasados.

El mural está flanqueado por una cartela y tres códigos QR que remiten a audios (en español, inglés y francés) que narran el mundo Guane tal y como lo han descrito cronistas españoles como Juan de Castellanos e investigadores patrios contemporáneos como Gilberto Cadavid, Luis Domingo Rincón, Héctor Pinto Malaver, Álvaro Acevedo Tarazón, Emilio Arenas, Alejandro Navas y Angelica María Díaz (entre otros) en cuyas obras el artista se documentó.

Relevancia histórica y cultural

Desde su primer coloquio/exposición en la sede del Libro Total de Bucaramanga, Marcelo Chaparro Santana lleva varios años dedicado a la divulgación del arte rupestre del Cañón del Chicamocha, coordinando talleres de estampación de tela con motivos Guane para niños y niñas en España y Francia (muchos de ellos, hijos de colombianos, pero desconocedores de nuestra cultura). Pescadores, agricultores, hábiles escaladores, alfareros y exquisitos tejedores, los Guane llegaron con el río, crecieron a su vera, y el río -con sus lágrimas de oro- fue su tumba.

El desbordamiento de la laguna de Fúquene, sus ranitas, matas de fique, helechos, soles y lunas, su río (“hilo de plata bajo la luna llena”), sus tarabitas y chamanes… todo esto y más decora el mural del Consulado de Colombia en Madrid. La historia de una etnia que perduró en el tiempo menos de lo que se cree. Y cuya vida estaría trágicamente marcada por una expedición conquistadora que, un 20 de enero de 1540, llevaría al encomendero valenciano Martín Galeano, a invadir la región junto a veinte de sus hombres.

Cuenta la leyenda-mito que el cacique Guanentá se lanzó al vacío y “un ave -enviada por Madre Tierra- en sus garras se llevó el cuerpo del soberano regente hacia el Sol. Guerreros y chamanes bebieron una pócima para dormir junto a su Señor”. El pueblo llano fue esclavizado en la mita minera, la agricultura o el servicio doméstico. Sus ansiados tesoros, para siempre escondidos entre farallones y hormigas culonas.

Dicen que, cada cuatro lunas, el imponente cañón del Chicamocha reproduce el último grito libertario de esta digna estirpe. Resuena la voz truncada de los Guane; la misma voz que grita hoy desde la brutal belleza de un mural realizado por un santandereano empeñado en resaltar la relevancia histórica y cultural de nuestro patrimonio santandereano.

Nota final: El mural está dedicado al hermano del artista, a Sergio Ernesto Chaparro Santana, quien ya no está entre nosotros.