La apuesta de Santander por un campo legal y sostenible

En cinco municipios de Santander, territorios que durante años estuvieron marcados por la presencia de cultivos ilícitos comienzan a mostrar un nuevo rostro. Hoy, esas tierras están siendo ocupadas por siembras legales que representan una alternativa real de desarrollo para las comunidades rurales. Se trata del proyecto “Siembra de Oportunidades”, liderado por la Secretaría del Interior de Santander, que avanza en la intervención de 118 hectáreas libres de economías ilegales y que involucra de manera directa a más de 200 familias campesinas en 17 veredas del departamento.

La iniciativa se ejecuta en los municipios de Cimitarra, El Peñón, La Belleza, Sucre y Bolívar, zonas priorizadas por su histórica vulnerabilidad frente a dinámicas ilícitas. Allí, la Gobernación de Santander ha concentrado esfuerzos institucionales para acompañar un proceso que no se limita a la erradicación, sino que busca garantizar una transición sostenible hacia proyectos productivos legales, con enfoque social, económico y comunitario.

Del control territorial a la transformación productiva

El secretario del Interior de Santander, Óscar Hernández Durán, ha señalado que el programa “Siembra de Oportunidades” representa un avance significativo en la recuperación del control institucional del territorio. Como parte de esta estrategia, la Gobernación ha entregado 30.000 plántulas de cacao, material vegetal, equipos de fumigación, herramientas de alto rendimiento y elementos de protección personal, insumos fundamentales para la intervención de las 118 hectáreas previamente erradicadas.

Más allá de la entrega de insumos, Hernández Durán ha insistido en que el éxito del programa depende de un acompañamiento continuo y articulado entre distintas dependencias departamentales. La Secretaría de Agricultura, la Secretaría de Competitividad y otros sectores institucionales han sido claves para fortalecer proyectos productivos legales, con el objetivo de generar ingresos estables y reducir la dependencia histórica de economías ilícitas.

Este enfoque integral ha permitido que las comunidades no solo reemplacen un cultivo por otro, sino que construyan capacidades para sostener en el tiempo sus nuevas actividades productivas, bajo principios de legalidad y sostenibilidad.

Comunidades organizadas y capacitadas

Uno de los pilares del proyecto ha sido el trabajo social y organizativo con las comunidades rurales. “Siembra de Oportunidades” incluyó procesos de sensibilización comunitaria, caracterización socioeconómica y formación técnica, lo que permitió identificar las necesidades reales de las familias beneficiarias y diseñar estrategias ajustadas a cada territorio.

Como resultado de este proceso, se logró la estructuración, registro mercantil y formalización de cinco asociaciones rurales, que hoy se encuentran legalmente constituidas y en etapa de consolidación. Estas organizaciones comunitarias recibieron fortalecimiento en temas como agricultura sostenible, emprendimiento, asociatividad y comercio electrónico, herramientas clave para acceder a mercados y mejorar la comercialización de sus productos.

Para las más de 200 familias participantes, este componente asociativo representa una oportunidad de empoderamiento y de construcción colectiva, al pasar de economías de subsistencia e informalidad a modelos productivos con visión empresarial y respaldo institucional.

Inversión pública y compromiso de largo plazo

El proyecto cuenta con una inversión de $817.500.000 por parte de la Gobernación de Santander, a la que se suman $98.000.000 adicionales gestionados mediante articulación interinstitucional. Estos recursos se alinean con los objetivos del Plan de Desarrollo Departamental, al promover alternativas productivas legales, fortalecer la economía rural y estimular la organización comunitaria en zonas históricamente afectadas por la ilegalidad.

Hernández Durán ha indicado que esta fase del programa tiene fecha de cierre el próximo 17 de diciembre, momento en el que se realizará un balance detallado de resultados y se definirán las acciones para continuar el acompañamiento a las comunidades que decidieron apostarle a la transformación social y económica de sus territorios.

De manera paralela, desde la Gobernación se ha reiterado la necesidad de reforzar las condiciones de seguridad en las zonas intervenidas, con el fin de evitar retrocesos y garantizar que los proyectos productivos puedan mantenerse y crecer en el tiempo.

Santander, rumbo a ser territorio libre de cultivos ilícitos

La apuesta de “Siembra de Oportunidades” trasciende el corto plazo. El proceso, iniciado el año anterior, se proyecta hasta 2026, año en el que Santander buscará ante Naciones Unidas y el Ministerio de Justicia el reconocimiento formal como territorio libre de cultivos ilícitos, cumpliendo los estándares internacionales establecidos.

Para la administración departamental, este objetivo solo es posible si se consolidan alternativas económicas sostenibles, se promueve la legalidad en las zonas rurales y se reducen las condiciones de vulnerabilidad que históricamente han empujado a las comunidades hacia economías ilegales.

Con la intervención de 118 hectáreas, asociaciones rurales fortalecidas y más de 200 familias capacitadas, “Siembra de Oportunidades” se consolida como un pilar fundamental de la política de seguridad y desarrollo rural de Santander, demostrando que la sustitución de cultivos ilícitos es viable cuando se construye desde el territorio, con inversión pública, acompañamiento institucional y compromiso comunitario.