El adiós con honor de 131 héroes de la patria
Resumen
Tras dos décadas de servicio, 131 soldados del Ejército Nacional se despiden con la medalla 'Fe en la Causa', en ceremonias que honran su sacrificio. Edwin Ladino, uno de ellos, afronta su transición hacia la vida civil y el estudio de psicología como una nueva misión.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Hay huellas que el tiempo no borra y cicatrices que se portan con el mismo orgullo que una medalla. Tras dos décadas de caminar las montañas y selvas de Colombia, 131 soldados profesionales del Ejército Nacional entregaron sus fusiles y besaron, por última vez en servicio activo, el tricolor nacional. En ceremonias simultáneas cargadas de una profunda carga emocional en Aguachica (Cesar), Bucaramanga y Socorro (Santander), la institución despidió a una generación que entregó su juventud por la seguridad de un país entero.
Más que un protocolo militar, estos actos fueron un tributo a la resiliencia. Entre lágrimas de familiares y el firme saludo de sus superiores, los uniformados recibieron la medalla “Fe en la Causa”, el máximo reconocimiento a quienes hicieron de la lealtad su código de vida. Al pecho de estos hombres se prendieron 20 años de sacrificios, ausencias en fechas especiales y el peso de una responsabilidad que pocos se atreven a cargar.

Edwin Ladino: El soldado que sanó sus propias heridas
Detrás de cada formación hay una historia que estremece. Una de ellas es la del soldado profesional Edwin Alexander Ladino Espina. Su vida es un mapa de la geografía colombiana y de la superación humana. Desde sus inicios en Pasto hasta su paso por el Batallón "Macheteros del Cauca", Ladino conoció el rostro más duro del conflicto: fue herido en combate.

"Encontré fortaleza en el recuerdo de los compañeros que no lograron regresar; por ellos decidí continuar", confiesa Edwin, quien años después representó a Colombia en el Sinaí, demostrando que el soldado colombiano es hoy un referente internacional.
Hoy, mientras se despoja de sus botas militares, Edwin no contempla el descanso, sino la continuidad del servicio. Está a punto de graduarse como Psicólogo, transformando su vocación de proteger cuerpos en una misión para sanar mentes y corazones.
Un uniforme que no se quita del alma
El cierre de este ciclo marca el inicio del Programa de Preparación para el Retiro, donde el Ejército acompaña la transición de estos hombres hacia la vida civil. Sin embargo, para ellos, la esencia permanece intacta.

"Nos quitamos el uniforme, pero seguimos siendo militares hasta el último día", sentenció Ladino con la voz firme de quien sabe que el honor no tiene fecha de vencimiento. Estos 131 soldados se marchan con el escudo institucional en las manos y la satisfacción del deber cumplido, dejando un mensaje claro a las nuevas generaciones: servir a Colombia no es un trabajo, es un acto de amor que forja el carácter para toda la vida.