Cruel agonía de un joven bajo las llantas de una tractomula

Accidente dejó un muerto y un herido en vía a Floridablanca

La escena fue desgarradora. El joven aplastado por el tractocamión agonizó durante 20 minuto y luego el grito desgarrador del padre cuando llegó al sitio del accidente y aferrado al cadáver le rogaba que no se vaya 

El jueves 8 de mayo de 2025, a las seis de la tarde, la vía Palenque – Floridablanca se transformó en un escenario de dolor. En el sector conocido como Rincón de Girón, un joven de 20 años perdió la vida tras ser arrollado por un tractocamión. El tráfico se detuvo de inmediato.

Los peatones observaron con asombro como el muchacho se movía y mantenía sereno en medio de su tragedia. Incluso conversó con algunas personas antes de lanzar su último suspiro, tras una lenta y dolorosa agonía por más de 20 minutos.

Julián David Niño Ardila conducía una Yamaha AX100 de placa HZK‑63. Viajaba acompañado por un parrillero cuya identidad aún no ha sido revelada y, según testigos, Julián intentó adelantar dos vehículos al mismo tiempo, por un estrecho espacio de la vía.

Un campero Alaska 4×4 frenó en seco; la motocicleta impactó su parte trasera con violencia. El piloto y su acompañante salieron despedidos del asiento. El golpe se escuchó a varios metros.

El asfalto recibió el cuerpo de Julián. El parrillero quedó tendido unos metros atrás, herido, pero con vida. En ese instante apareció un tractocamión que circulaba por el carril contrario.

Su conductor no logró frenar a tiempo y las llantas traseras pasaron por encima del cuerpo de Julián. El joven agonizó por unos 20 minutos bajo el peso del vehículo. Permaneció consciente.

Sus palabras eran entrecortadas por el dolor. Pidió auxilio. Agradeció un pañuelo que le pasaron. Reconoció a su compañero. Su voz se hizo eco en la vía. Nadie imaginó que serían sus últimas palabras.

Los curiosos formaron un semicírculo a varios metros. Nadie se atrevió a intervenir. El pesado camión permaneció inmóvil sobre el cuerpo de la víctima. La ambulancia tardó en atravesar el monumental trancón.

La presión de conductores exigía el paso rápido de los paramédicos. Los agentes de tránsito abrieron paso con advertencias de radio. Cada segundo resultó crucial.

El reloj marcaba ya las seis y diez. La desesperación creció entre los presentes. El padre de Julián David Niño Ardila irrumpió de forma abrupta y desesperada en la escena.

Llegó agitado. Corrió hacia el tractocamión. Reconoció el casco y luego el rostro de su hijo. A sus gritos se sumaron sollozos contenidos por varios testigos. Una lona azul cubría el cuerpo.

El padre se negó a soltar el cuerpo

El hombre la haló hasta retirarla. Abrazó el cadáver de su hijo. Gritó al cielo. La voz se quebró. Su cuerpo temblaba en largos espasmos. Sus manos apretaron la chaqueta de Julián. Ninguna orden policial logró alejarlo. El padre, roto por la tragedia, se negó a soltar el cuerpo.

Los bomberos consiguieron finalmente elevar el tractocamión con gatos hidráulicos. Retiraron los ejes traseros. Liberaron el cuerpo. Oficiales de tránsito aseguraron la escena para el levantamiento judicial.

El silencio volvió a reinar alrededor de la grúa. Camiones y vehículos particulares se agolpaban en una larga hilera. El trancón fue monumental. El cadáver se colocó en una camilla. El protocolo médico determinó la muerte por múltiples fracturas y aplastamiento.

Minutos después, la Fiscalía ordenó el traslado del cuerpo a la morgue de Floridablanca para la necropsia.

El parrillero sobrevivió con heridas de consideración. Fue llevado de urgencia a un centro hospitalario. Permanece en estado crítico, aunque su pronóstico es alentador. Su declaración ante la Policía resultará clave para establecer responsabilidades.

Condolencias de todo el país

Hasta el cierre de esta edición, las autoridades recaban testimonios y revisan cámaras de seguridad. La carpeta investigativa definirá si hubo negligencia del conductor del camión o de los dos jóvenes al maniobrar en zona demasiado congestionada y estrecha para adelantamientos.

Julián David vivía en Floridablanca y trabajaba en metalurgia. Concluida la jornada, regresaba a su casa con la esperanza de cenar en familia. Sus amigos lo recuerdan como un joven risueño, soñador y dedicado. Sus fotografías inundan hoy las redes sociales.

Mensajes de condolencia brotan desde distintas ciudades. Compañeros de trabajo destacan su responsabilidad y alegría. Su nombre se ha hecho viral en grupos de redes sociales desde donde les han enviado condolencias y voces de aliento a los familiares.

El dolor colectivo se sintió en esta tragedia. La muerte necesita de milésimas para llevarse una vida y tras este desgarrador accidente, en Rincón de Girón deja una herida abierta. Nadie olvidará la reacción de dolor que precedió al llanto de un padre abrazado al cuerpo de su hijo.