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Una sede para el TRO no es un capricho

Resumen

El Canal TRO ha sido fundamental para llevar información regional a Santander, incluso donde no llega internet. Hay una propuesta para construir una nueva sede en el terreno de la antigua Licorera. Se invita a los políticos a apoyar este proyecto cultural y educativo.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Oscar Jahir Hernandez
Una sede para el TRO no es un capricho

Es justicia regional. Hay algo que los santandereanos deberíamos tener claro: si hay una institución que ha estado ahí —sin pausa y sin excusas— ha sido el Canal TRO. Desde hace casi 30 años, cuando algunos pensaban que eso de la televisión regional era un capricho más de políticos nostálgicos, el TRO ha demostrado que sí se puede construir identidad desde el territorio. Y si no lo creen, pregúntenles a los habitantes de La India, en Landázuri, donde el río Carare es más fácil de encontrar que un canal de Facebook, cómo se enteran de lo que pasa en Bucaramanga. Pregúntaselo a los líderes comunales de Toledo, o a las mujeres rurales de El Carmen de Chucurí.

 

La cara del gobernador no la conocieron por TikTok, ni por los noticieros nacionales que solo miran a Santander cuando hay tragedias, elecciones o contratos llenos de corrupción como los que se están suscribiendo en este momento en el Hospital de Barrancabermeja. Lo hicieron por el TRO, porque donde no llega el internet, ahí está esa señal modesta, persistente, terca como somos los santandereanos.

 

Ahora bien, hay algo que está en juego y que debería convocar a todos los actores políticos del departamento: la posibilidad real —sí, real— de construir una nueva sede para el Canal TRO. Ya el Gobierno Nacional tiene listos los recursos. ¿Qué nos falta? Que el departamento disponga del terreno. ¿Cuál? El de la antigua Licorera de Santander, ese espacio que hoy solo sirve para la nostalgia y esconder una historia institucional.

 

Aquí no se trata de mirar hacia atrás, sino de usar la historia para proyectarnos. La Licorera fue símbolo de industria y de orgullo departamental, pero ya no existe. Lo que sí existe, y necesita con urgencia un nuevo aliento, es nuestro canal regional. Esto no es un tema solo de la gerente Carolina Joya, ni del Gobernador Juvenal Díaz, ni de Gustavo Petro. Debe ser un objetivo nuestro, de todos. Por eso esta columna es un llamado a los diputados de la Asamblea, para que no dejen pasar esta oportunidad histórica. Tienen en sus manos la posibilidad de apoyar un proyecto que no solo es cultural, sino estratégico para el desarrollo comunicacional y educativo de Santander.

 

Es un llamado al gobernador para que apoye el proyecto, porque si algo vale la pena defender en estos tiempos de polarización y ruido, es la comunicación pública hecha con sentido de región. Y es también un llamado a la ciudadanía, porque este no es un proyecto para técnicos, ni un debate de escritorio. Esto es por ustedes, por nosotros, por quienes aún prendemos el televisor esperando ver algo que hable nuestro idioma, que cuente nuestras historias, que nos devuelva el rostro en la pantalla.

 

Santander necesita verse y reconocerse. No a través de espejos ajenos, sino desde su propia voz. Y esa voz, desde hace 30 años, ha tenido nombre propio: Canal TRO. Lo mínimo que podemos hacer es darle un lugar digno desde donde seguir hablándonos.

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por Oscar Jahir Hernandez

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