Un empresario visionario y servidor del pueblo
Resumen
Zoilo Santamaría Otero fue un pionero empresarial en la avicultura de Santander, liderando con innovación y ética. Su gestión como alcalde de Piedecuesta destacó por su compromiso social y generosidad, marcando un legado de liderazgo comunitario y servicio público.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Por: Círculo Amigos de Bucaramanga y Santander*
Zoilo Santamaría Otero fue un destacado empresario, líder comunitario y servidor público santandereano, cuya vida estuvo marcada por el compromiso con el desarrollo económico y social de su región. Nacido el 29 de octubre de 1930 en el municipio de Zapatoca, Santander, su legado perdura especialmente en Piedecuesta, donde es recordado como una figura ejemplar tanto por su visión empresarial como por su generosidad.
Desde joven, Santamaría Otero mostró un fuerte sentido de responsabilidad y trabajo. Su espíritu emprendedor lo llevó a incursionar en el sector agroindustrial, particularmente en la avicultura, actividad que comenzaba a desarrollarse en la región en la segunda mitad del siglo XX. Fue pionero en la producción avícola en la zona de La Mesa de Los Santos y Piedecuesta, donde impulsó importantes proyectos productivos que generaron empleo y dinamizaron la economía local.
Su empresa no solo significó desarrollo económico para la región, sino también bienestar para muchas familias que encontraron en ella una fuente estable de trabajo. Bajo su liderazgo, la actividad avícola dejó de ser una práctica rudimentaria para convertirse en una industria organizada con proyecciones modernas. Esta capacidad de innovación lo posicionó como uno de los empresarios más influyentes de la región en su época.
Sin embargo, lo que realmente consolidó su figura como un referente moral fue su compromiso con la comunidad. Zoilo Santamaría Otero no se limitó a los negocios; también incursionó en la política local como alcalde de Piedecuesta. Desde esa posición de liderazgo, mostró una ética ejemplar al servicio público. Se cuenta que renunció a quedarse con su salario como alcalde y, en su lugar, lo repartía entre adultos mayores en el atrio del pueblo. Este acto de generosidad cotidiana le ganó el cariño y respeto de sus conciudadanos.
Además de su rol como alcalde, también promovió obras de carácter social y educativo. Un ejemplo de ello fue su contribución a la educación: donó terrenos para la construcción de la Escuela Cabecera del Llano, un proyecto que facilitó el acceso a la educación básica para cientos de niños en Piedecuesta. Esta acción subraya su visión de largo plazo, pues entendía que la educación era la base para un desarrollo integral y sostenible de la comunidad.
A lo largo de su vida, Zoilo Santamaría Otero representó un modelo de liderazgo ético, basado en el trabajo honesto, la solidaridad y la acción directa. A diferencia de muchos políticos tradicionales, su gestión no se basó en promesas vacías, sino en acciones concretas que beneficiaban directamente a las personas más necesitadas. Su comportamiento cívico y su preocupación por el bienestar ajeno lo convirtieron en una figura ejemplar que trasciende generaciones.
Falleció en 1998, pero su legado ha sido recordado y celebrado en múltiples ocasiones. Conversatorios y homenajes, como los organizados por instituciones culturales en Bucaramanga y Piedecuesta, han destacado su vida y obra, mostrando a nuevas generaciones el impacto positivo que puede tener un liderazgo basado en principios y valores.
Hoy en día, Zoilo Santamaría Otero es una figura que representa lo mejor del espíritu santandereano: esfuerzo, honestidad, visión y compromiso social. Su historia es un recordatorio de que el verdadero desarrollo no se logra únicamente con inversión económica, sino con un genuino interés por el bienestar de los demás. Su vida es testimonio de que es posible ser un empresario exitoso y, al mismo tiempo, un servidor público honesto y generoso.
*Diego Fernando Sáenz Reyes, Director Círculo Amigos de Bucaramanga y Santander