Suscríbete a nuestro boletín

¡Éxito! Revisa tu correo

Para completar la suscripción, haz clic en el enlace de confirmación en tu bandeja de entrada. Si no lo recibes en 3 minutos, revisa tu carpeta de correo no deseado.

Vale, gracias

Si es para gritar, mejor no me represente

Resumen

En tiempos de elecciones, el artículo resalta la importancia de elegir un congreso dialogante y humano, lejos del espectáculo polarizador. Llama a la decencia y al respeto en la política, para un futuro con representantes legítimos que prioricen el bienestar común.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
ELFRENTE profile image
by ELFRENTE
Si es para gritar, mejor no me represente

Por: Rodrigo González Márquez

Se avecinan comicios electorales para conformar nuestro espacio representativo en el poder legislativo y de control. Hablaba Fromm, en la “revolución de la esperanza”, del peligro de la mecanización, de la deshumanización provocada por los medios masivos de producción. Hoy, ese peligro podría radicar en la viralización y las violencias subrepticias de las que habla Byung Chul Han. Ambos, desde sus contextos, advierten la necesidad de creer que hay opciones, que no tenemos que acomodarnos a la desesperanza de la deshumanización o la confrontación eterna, en especial cuando se presenta en escenarios decisorios del constructo social. Tal es el caso de nuestro honorable congreso.

 

El reto es nuestro. Tenemos la opción de seguir hundidos en frecuentes espectáculos de algarabía transmitida a nuestros dispositivos móviles, que exacerban la polarización; o, podemos abrir paso a la dignidad, a la solemnidad, a un congreso con personas que sepan dialogar, y que tengan como bandera una verdadera intención de responder a los intereses quienes se levantan ese domingo, y con cédula en mano entran a la máxima expresión de la democracia, el recinto de votación. Doloroso y frustrante resulta que aquellas personas que resulten electas no lleguen a dialogar, y si a hacer grandes proezas de pobreza intelectual.

 

Los conflictos territoriales son los que terminan trasladados al recinto bicameral. La negociación metódica está llamada a ser protagonista en las ponencias y debates. Contrario a ello, cada día es más frecuente la estridencia en streaming; los “en vivos” se toman las redes. La dialéctica se desvanece. Los ojos no se encuentran, y es la pantalla la que insulta nuestra inteligencia al escuchar a dos honorables que miran su dispositivo y señalan a la contraparte con insultos ad hominem que poco o nada aportan a la erradicación del hambre, a la falta de medicamentos, o al abastecimiento del agua en La Guajira. No merecemos esta alienación. No merecemos este utilitarismo. Es una entretención maligna, podrida, deleznable.

 

Los profesores William Ury y Roger Fischer ya nos habían dado la formula en los ochenta. Separemos a las personas del problema real, concentrémonos en los intereses, seamos duros con lo que nos está confrontando, pero atendamos de manera empática y con un ejercicio real de escucha a la contraparte. Lleguemos a acuerdos solemnes, a diálogos respetuosos y productivos, al desescalamiento de la violencia. Seamos gestores de cultura de paz. Rescatemos la humanización. Todos los conflictos tienen puntos que analizar antes de lanzar el primer grito; ¡Ah! Pero es que yo hablo así!... - Pues entonces a mí no me hable así. Somos portadores de un ruego ahogado, la facultad de entender que el conflicto es inherente al ser humano que vive en sociedad.

 

Es perentorio entonces retomar las sendas del respeto. Está al alcance de una “X” el poder acabar la alienación y el “manoseo” electoral. La decencia, la empatía, y la posibilidad de discutir sin estridencias, sin insultos, es lo que apremiará o castigará a nuestro país por los próximos cuatro años. Merecemos representantes con legitimidad, con dignidad, que sepan leer nuestras prerrogativas y deseos. No necesitamos actores que embelesen a la audiencia con cejos fruncidos a la vez que exhalan odios perfumados por una supuesta emancipación y cambio.

 

“Si es para gritar, lo mejor es que no nos representen”. Es hora de “bajar del bus” a quienes no aporten, a quienes no construyan, a quienes prefieran abrasar (si con S) el caos. Es momento de bajar el tono, dignificar el voto, y comenzar un verdadero dialogo basado en intereses comunales.

 

Memento mori: La violencia nunca será respuesta, ni siquiera será pregunta, mucho menos la alternativa. El silencio no puede reinar en esta coyuntura. Las voces deben ser escuchadas, pero esas voces, deben ser asertivas, respetuosas y empáticas.

ELFRENTE profile image
por ELFRENTE

Subscribe to New Posts

Lorem ultrices malesuada sapien amet pulvinar quis. Feugiat etiam ullamcorper pharetra vitae nibh enim vel.

¡Éxito! Revisa tu correo

To complete Subscribe, click the confirmation link in your inbox. If it doesn’t arrive within 3 minutes, check your spam folder.

Vale, gracias

Leer más