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Señor Empresario

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by Jose Caicedo Solano

Los miserables, es una obra literaria escrita por el francés Víctor Hugo y publicada en 1862. Un pobre hombre es condenado a 19 años de cárcel por robar un pedazo de pan. Desde luego el autor nos habla de la paupérrima situación económica de la mayoría del pueblo francés, mientras los “nobles” disfrutaban del poder en los grandes palacios, sin que a ellos llegara sentimientos y valores tales como el amor, la compasión, la bondad, la alegría, la tristeza, el deber y la justicia, entre tantos valores que debe arropar a una sociedad y a sus gobernantes.

La sociedad mundial ha estado y siempre estará compuesta por ricos y pobres, en proporciones no definidas de un lado o de otro, según se mida en cada país en particular. Al hablar de riqueza, se presupone el lleno de todas las necesidades del hombre, incluyendo las espirituales y el sentimiento de grandeza y poder, sobre la egolatría que mueve al ser que un tanto desprecia a sus semejantes y por eso quiere dominarlos. No existe, con unas pocas excepciones, que llegue un líder a mirar un conglomerado humano en los sentimientos de amor y compasión, sino que ojean lo macro económico de la gente en su conjunto, para verse el grande de la manada sedentaria, llamada nación.

La gente pobre es manipulada por el sentimiento religioso y la necesidad de un ingreso, para muchas veces ser el comodín de la grandeza de unos pocos. Tiene, sin embargo, en una sociedad democrática capitalista, con estudios y experiencias, cómo ascender hacia las clases intermedias, llamadas clases medias, que lo son en los sentidos de no tener mucho, pero tampoco vivir en la línea del límite entre el ingreso y el consumo, sin que haya un solo peso para el ahorro, como le sucede al pobre. Este sujeto pobre, lleva en su alma una esperanza de ser mejor algún día.

El miserable, no tiene un peso, ni mucho menos una lejana esperanza de subir el escalón y llegar por lo menos a ser pobre, y es a él, en su conjunto de todos, a los que primero mira el otro miserable politiquero que engaña a su alma, para su egolatría, llegar al poder y dejar a ese miserable, en peores condiciones, como sucede con el presidente Gustavo, en Colombia. De 6.2 millones de personas en pobreza extrema en 2022, se pasó a casi 7 millones en el 2025, y sin contar lo triste de la salud y la seguridad de los colombianos.

Por encima de los grandes conocimientos que deba tener un líder, debe existir un ser de los sentimientos superhumanos y no un cuasi, como lo tienen la mayoría, por no decir todos los políticos de Colombia. La izquierda en Colombia, demostró que es incapaz, es una basura que roba a montones y que lo que menos le interesa es el ser humano pobre, menos el que esté en condición paupérrima que la sociedad lo castiga con el término de miserable. La mayor alegría que se pueda tener, es que exista infinidad de riqueza, así esté en pocas manos, porque la riqueza siempre se desborda y cae por efecto natural, sobre los de menor ingreso, ajustando el equilibrio de la masa de seres, que dan la razón de vivir.

*Contador público. Asesor empresarial.

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por Jose Caicedo Solano

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