Señor empresario
Resumen
El 18 de mayo de 1875, un devastador terremoto sacudió Cúcuta y Bucaramanga, provocando más de 5,000 muertes. El impacto fue socialmente transformador, con cambios en prácticas religiosas y hábitos comunitarios a medida que los sobrevivientes buscaban seguridad en áreas circundantes.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Hace 150 años, un 18 de mayo de 1875, ocurrió un gran terremoto en Cúcuta y sus alrededores, cuyo balance fue de más de 5.000 muertos y destrucción total, por lo cual los habitantes de eses lugar, tuvieron que trasladarse a vivir y dormir a parajes cercanos que no fueron desbastados. Lo mismo ocurrió en Bucaramanga, siendo las 11.15 horas de la mañana de un día martes 18 de mayo de 1875.
Bucaramanga, para esa fecha contaba con 12.000 habitantes y pueden ustedes imaginarse que la ciudad crecía de occidente a oriente solo hasta unas cuadras arriba de la carrera 15, y cuyo límite por el norte era la avenida Quebrada Seca. Las costumbres eran un tanto diferentes a las de este momento, en donde se levantaba a las 4 a.m. y por tanto el desayuno era a las 5. a.m., para luego almorzar a las 9.am, tomar la comida a las 2 p. m. y una merienda a las 6 p.m. A las 8 p.m. ya el silencio de las calles era más grande que el que emanaba del cementerio. ¿Todo el mundo estaba dormido? Tal vez no, pero si, todos en sus habitaciones…
Se produce el temblor o sismo, en donde creo que no hubo sino un muerto, al día siguiente, cuando se estaba oficiando una misa en San Laureano, tiembla y la gente sale en estampida, pisoteando a una pobre “anciana” de 45 años. El frenesí de la población fue bárbaro; los ciudadanos se fueron con sus carpas o a la intemperie, a dormir en los llanos que conducen a Suratá, es decir los actuales barrios Modelo, San Francisco y Chapinero entre otros. La influencia religiosa era muy marcada y los confesonarios no daban abasto, recibiendo los pecados de los feligreses, de tal manera que Margarito no volvió con su marido, el gran don Tomás dejó a su amante, y los que vivían en concubinato, pasaron a casarse por la fe católica, rápidamente y arroparse sagradamente, con cobijas de lana, porque la ciudad era muy fría.
El rumor era, que morrorico, que tiene una figura de volcán había estallado y por tanto la lava bajó a Bucaramanga, por las quebradas que había y especialmente por las de la Rosita y la Quebrada Seca, ya que, al momento de moverse la tierra, brotan las aguas subterráneas con tierra negra, vapores que asemejaban humo, y los moradores, que tal vez nunca habían sentido un temblor tan fuerte, lo asociaron al volcán de morrorico, que nunca ha existido. Tiempo después ya comprendieron que era un movimiento de tierra, llamado temblor, terremoto o sismo, que puede darse, sin necesidad que haya un volcán.
Como dato histórico, recordemos que existía desde la constitución de 1863, los estados soberanos, con gobiernos federalistas, siendo gobernador de Santander nada menos que Aquileo Parra, quien tomó posesión un domingo festivo 16 de mayo de 1875, dos días antes de este desastre natural, al cual algunos supergodarrios lo llamaban castigo divino, por ser de las alas del liberalismo. Creo que la naturaleza no es una roca, sino un ser en movimiento, que al igual que el ser humano tiene sus más y sus menos.