Señor empresario
Resumen
El artículo invita a los jóvenes ejecutivos a explorar el pasado a través de libros, películas e internet para enriquecer su perspectiva social, política y económica, resaltando la importancia de comprender diferentes épocas históricas.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Al trasladarnos en el tiempo, nuestro corazón y nuestro espíritu, estoy casi seguro, se alimentará de un conocimiento y de una mejoría en nuestra existencia. Hago un llamado a los ejecutivos de los años 2000 en adelante, (jóvenes menores de 30 años , así , tengan doctorados universitarios ) para que viajen a través de la historia, consignada en los libros, en las películas, en la internet, y demás medios de transporte hacia el pasado , para que sientan el clima de los años 1900, 1920, 1930 , por solo encerrar algunas décadas, y se den un delicioso plato del entorno social , político , económico, religioso, de prejuicios como aquel del pecado mortal si ustedes no se casaban por la iglesia, o la gran marca social que había, en donde solo existían ricos y pobres y la desventurada clase media no existía, ni siquiera en el diccionario, mucho menos en el lenguaje de los economistas y políticos en general.
Siendo empresario, grande, pequeño o mediano, no era pobre, tenía empresa. Solo qué, en muchos casos, sus cuentas, no su contabilidad, se marcaban hacia al anochecer, a la luz de una vela o de una antorcha, y ya, sofisticadamente, con una lámpara, alimentada con petróleo, acpm o gasolina. Ves, señor empresario, que es un momento romántico, como nos lo describen en entre otras novelas como, La María, La Vorágine, Aura y las Violetas o la Violetas y otras más. Usted gozará al sentirse en ese otro “planeta social”, podrá intercambiar opiniones con sus padres y abuelos, si la creación les ha dado la dicha de tenerlos, todavía a ustedes, ejecutivos del siglo XXI.
Me refiero a aquellos ejecutivos del orden tradicional y capitalista, porque distaría mucho del comunista o socialista, que en lugar de ver lo lindo de la era histórica, empañaría la situación pasada como un malestar de los medios de producción. Igualmente, señores ejecutivos, de años y edades maravillosas, como son tener, 60, 70, 80 o más años, les hago una invitación de máximo placer, para que se suban al cohete, no del que reparte bombas, por la malsana egolatría de algunos hombres, sino del que transporta la experiencia del pasado a una primavera del presente.
Son muy pocas, y fáciles herramientas del orden técnico y manual, las que deben aprenderse. Si se ha aprendido, historia, matemáticas, geografía, filosofía, como no actualizarse a manejar una calculadora, una inteligencia artificial, cual es tener un automóvil de cambios mecánicos a uno automático.
Sé, muy bien, que, de una premisa particular, no se puede llegar a una filosofía global, sino, entonces, se tendrían las universidades solo para mayores de 60 años, y hasta ahora, que yo sepa, no existe en nuestro país una institución de ese gran orden de importancia. Pero si se puede seguir caminando en la universidad de cada uno de nosotros, bajo la bandera de la felicidad absoluta, en donde, aprender más, es llevar el alma al