Señor Empresario

Por: José Caicedo Solano

Las contribuciones o impuestos deben llevar una consigna social, es decir, debe concebir un acto bondadoso, en donde la persona que eroga ese dinero lleva la satisfacción que habrá otra u otras que la reciben con mucha complacencia y que de su corazón laten gracias y gracias, no solo para el gobierno de turno, sino para ese ser que lo entrega, dentro de un formato legal, llamado impuesto.

El caso de Colombia en donde el presupuesto nacional es de 511 billones de pesos (511.000.000.000.000.), no se puede hablar de falta de recursos, porque se tiene la certeza de recogerlos; lo que no se tiene es la planificación de la circulación de ese dinero para los diferentes eventos, en donde solo les llega al que esté mejor apadrinado o converjan los negociados, que implica robo de los dineros públicos.

Recuerdo de que la gobernación de Santander tenía, (no se si la tiene todavía), una oficina en Bogotá que la llamaban la casa fiscal, en donde el funcionario no era más que el típico lagarto acomodado lambe chaquetas para con el presidente de la república, los ministros y los super creídos mandos medios, que conocen la mecánica del “derecho procesal”, para que le llegue el dinero a un municipio, departamento u otro ente estatal.

¿Que es esto? Una vagabundería de la clase dirigente, porque se trabaja sin el menor asomo ético y una incapacidad propia de analfabetos cual bacteria en los humanos, que sin saber leer ni escribir en el oficio del estado, hacen muchos daños mortales, como, por ejemplo, en la salud y en la educación, en donde no le llega el dinero a los hospitales y las becas, que en los gobiernos de derecha eran de 50.000. al año, se redujeron a solo 10.000, es decir bajó en un 80%, y no se comprende que un gobierno de izquierda, que tiene la mayor función social para los estratos bajos, es a ellos a los que más misiles de pobreza le lanza.

El impuesto a la gasolina y al Acpm, solo, contribuye con el 0,9 % del total de los ingresos corrientes; así, si se recaudan cien millones, por este concepto de gasolina y Acpm, solo entran 900 mil pesos. No contribuye con nada al fortalecimiento de las arcas del estado, y sí, daña el andar de la economía de mercado, porque al subir el combustible, se incrementan los fletes y el mercado al último consumidor llega muy elevado, creando inflación.

Lo peor, es que los funcionarios del gobierno son conscientes de este fenómeno y se hacen los de la “próstata grande”, para crear caos y empobrecimiento, sobre todo de las clases medias bajas, que son los mismos pobres, con cincuenta centavos más. Aquí debe primar lo que he enunciado, que es el cumplimiento de la función social, cual gratis debe darse en la educación oficial.

De otro lado, el impuesto solo emana de la riqueza, porque es parte de las ganancias de los empresarios, las que sostienen un estado. No puede llamarse a crear odios de clase cuando en este siglo ya se superaron las diferencias de barrio, y qué, para el gran empresario, lo que mejor le puede suceder, es que sus empleados vivan bien, felices en su entorno social y familiar, porque son más productivos.

No seamos petristas, imponiendo impuestos como castigo o como forma de dañar una sociedad, llevándola al no crecimiento o a la ruina para tener un estado entregador de limosnas, que va derechito al desorden del alma humana.

*Contador público. Asesor empresarial.