Señor Empresario
Resumen
En 2025, Rusia y EE.UU., antiguos aliados de la Segunda Guerra Mundial, emergen como nuevos antagonistas en una confrontación global. Sus ambiciones abarcan el dominio mercantil y territorial, en un contexto económico y político lleno de desafíos y tensiones.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Recordemos que, en la segunda guerra mundial, (1939-1945) se tenía, por un lado, (a los malos), Alemania con Adolfo Hitler, Italia con Benito Mussolini y Japón con el emperador Hiro Hito, pero en la práctica con un mandato de los militares que tenían a Hito como el ‘matacho’ dios de los nipones.
Alemania quería ser amo de Europa; Japón sería el duro de Asia, dándole plomo a Estados Unidos porque se metió en el continente amarillo, con su expansión de negocios y le quitaba mercado y hegemonía a los de la isla de ojos rasgados (japón). Por su parte, Italia, que fue primero en sentirse imperio del siglo XX y admirada por Hitler en la persona de Mussolini, avasallaría a los negritos del África.
Estos tres, tenían aliados a países pequeños de poca importancia como algunos estados de Europa oriental. Los buenos eran el resto del planeta, siendo los grandes en primera instancia, Francia, Inglaterra y Rusia.
A partir del 7 de diciembre de 1941, con la toma de Pearl Harbor, puerto de Hawái, territorio gringo, por parte de los japoneses, entra en escena los Estados Unidos, que le da un empuje de gran magnitud a los aliados (los buenos). Sabemos que al final, los buenos o los aliados, ganan la guerra.
Muchos años después (80 años), como decía Gabriel García Márquez, en el año 2025, se vislumbran conatos de una confrontación mundial, en donde los malos (¿¡), son Estados Unidos con la bandera de Donald Trump y sus asesores que son los magnates de la riqueza como Elon Musk y muchos otros; el aliado es nada menos que Rusia con la arrogancia de Vladimir Putin, que quiere ser el gran zar de la extinguida Unión Soviética, la cual añora en sus depresiones de ser grande y estar solitario por miedo a que en una multitud le quiten la cabeza, con calva incluida.
La guerra la tienen en dos frentes: La primera es la competencia mercantil, en donde Rusia con su basto petróleo puede dominar a Europa, que se dejó llevar por los pseudo ecologistas y no siguieron explotando el carbón para su fuente de energía y les toca pagar los precios de monopolio de la tierra del oso polar (Rusia).
Por su parte Estados Unidos, que ha decaído en su producción de bienes y servicios, por el mantenimiento de una sociedad con subsidios, en donde la mano de obra no quiere poner su fuerza de trabajo y por eso la tienen los extranjeros, quiere frenar las importaciones con altos aranceles sobre todo para China, Canadá y México, que representan el mayor volumen de proveedores. La segunda es la expansión de territorio al estilo del legendario imperio romano, en donde Putin sea el amo del continente oriental y Trump de las américas. Estos dos personajes se hacen pasito y son casi aliados en la toma de un gran país como Ucrania. Algunos analistas dicen que Dinamarca, dueño de Groenlandia, debe negociar con Rusia para que no la invada ese país, con la condición de que le venda la isla de Groenlandia a los estados unidos o si no que la tomarían con la fuerza de los misiles.
Así, como se observa este panorama, los buenos de la segunda guerra mundial, Rusia y Estados Unidos, son ahora los malos que quieren ser los dioses del universo, acabando con la OTAN de Europa, y la autonomía de algunos países de América, como Panamá. África, por su parte es un aliado comercial de China, que puede ganar esta guerra sin disparar una cauchera, solo con las balas de sus mercancías que son de alta calidad técnica ahora, como por ejemplo, los 2.000 chinos que trabajan en el metro de Bogotá. Una oración por la salud del Papa y la paz mundial.
*Contador público. Asesor empresarial.