Recortar el presupuesto y evitar la politiquería
Resumen
El presupuesto de 2026 propuesto por el Gobierno refleja un aumento significativo en gastos de funcionamiento y personal, superando el gasto en inversión. Se proyecta un déficit elevado, cuestionando la sostenibilidad del crecimiento presupuestal.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El presupuesto del 2023, el último propuesto por Duque, fue de $350,4 billones. El que quiere el Gobierno para el 2026 es de $556 billones. Un crecimiento del 58,7%.
En materia de inversión, se ha pasado de $69,6 billones en 2022 a $88.8 en la propuesta del 26, un aumento del 27,6%. En cambio, los gastos de funcionamiento han subido de $210,1 billones en 2022 a $329,3 billones en 2025 y el Gobierno proyecta $365.8 para el próximo año. El crecimiento del funcionamiento ha sido enorme, un 74,1%.
La nómina del Gobierno ha aumentado de 1.318.729 servidores públicos en 2022 a 1.398.483 personas en agosto de este año, según la Función Pública. Mientras tanto, los aumentos salariales en el Ejecutivo han sido del 14,6%, 10,9% y 7% en 2023, 20224 y 2025, un promedio anual de 10.83%, más del doble del promedio de 4,96% entre 2018 a 2022.
Al mismo tiempo, este año el Gobierno ha disparado la celebración de órdenes de prestación de servicios. En seis meses de 2025, ha celebrado 394.600 OPS y ha gastado $14,1 billones en estos contratos. Según cálculos de Mauricio Cárdenas, el monto llega ya a $20 billones. “Cada día se están firmando 2.600 OPS”, afirmó. A ese ritmo, Petro celebraría 949.000 en 2025, más del doble de los 486,500 de promedio anual desde 2018.
Por otro lado, la DIAN recaudó $228,6 billones en impuestos durante 2022. En el 2023 alcanzó los $279,4 billones, reflejo del gran crecimiento de la economía los dos años anteriores. Pero en el 2024 el recaudo fue de solo $243,6 billones. ¿Las causas? La caída en el crecimiento, el impacto negativo de la brutal reforma tributaria de Petro, un mal cálculo de los anticipos de renta, el pobre desempeño de sectores clave como el petróleo y la minería, fuertemente atacados y castigados por el Gobierno, y el desplome de la inversión (-24,8% en 2023).
Estos números son importantes para entender el problema presupuestal. La economía, aunque mejorando algo en este año, se comporta muy por debajo del promedio histórico. Sin embargo, este gobierno ha aumentado de manera sustantiva el monto del presupuesto y ha privilegiado el funcionamiento y el gasto en personal, no la inversión. Y sobreestima sistemáticamente el recaudo. Del agudo aumento del gasto sin respaldo en los ingresos, este año se proyecta un déficit del 7,1%, $130 billones. Ahora propone un presupuesto enorme, sin base alguna que permita su sostenibilidad, y una tributaria voraz para recaudar $26 billones. La CARF calcula que el déficit es de $45,4 billones.
El Congreso debe reducir el monto del presupuesto como mínimo en los 26 billones que Petro quiere en la tributaria y obligar al Gobierno a ser austero. Y debe evitar que el Gobierno siga haciendo clientelismo y uso político de la nómina y las OPS con miras a las elecciones del próximo año.