Puentes modulares restablecen la movilidad en Santander
Resumen
Ante emergencias viales 2025, UNGRD e INVIAS reestablecieron movilidad en Santander y Putumayo con puentes modulares. Invirtiendo 20 mil millones de pesos, facilitaron el tránsito vital para miles de colombianos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En respuesta a las emergencias viales provocadas por la temporada de lluvias del primer semestre de 2025, el Gobierno Nacional, a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y en articulación con el Instituto Nacional de Vías (INVIAS), ejecutó una intervención estratégica que permitió el restablecimiento de la movilidad en los departamentos de Santander y Putumayo. Dos comunidades gravemente afectadas por el colapso de infraestructuras claves hoy vuelven a transitar con seguridad gracias a la instalación de puentes metálicos modulares.
Con una inversión cercana a los 20 mil millones de pesos, las autoridades nacionales demostraron que la respuesta oportuna y técnica ante fenómenos naturales no solo es posible, sino fundamental para proteger la vida cotidiana de miles de colombianos que dependen del estado de las vías para acceder a servicios básicos, comercializar productos y mantener su integridad territorial. Esta intervención fue financiada en el marco del contrato con la Unión Temporal Puentes INVIAS 2024, que contempla la compra y montaje de este tipo de estructuras en zonas vulnerables de la red vial nacional.
Emergencia en Mogotes: 30.000 habitantes incomunicados

El caso más dramático se vivió en Mogotes, Santander, donde el colapso del histórico Puente Roldán dejó incomunicadas a más de 30.000 personas. La emergencia se produjo tras la socavación de la estructura durante las intensas precipitaciones registradas en los meses de abril y mayo. Esta vía era esencial para la conexión entre los municipios de Mogotes, San Joaquín y Onzaga, además de ser parte del corredor estratégico San Gil – Mogotes, vital para el abastecimiento de productos agrícolas, víveres y medicamentos.
La pérdida de conectividad vial no solo afectó la movilidad, sino también la economía regional. Agricultores y comerciantes vieron detenida la comercialización de sus productos; estudiantes y trabajadores no podían desplazarse con normalidad, y las ambulancias enfrentaban rutas alternas de difícil acceso, poniendo en riesgo a los pacientes más críticos.
Frente a este panorama, la UNGRD e INVIAS desplegaron un equipo técnico que realizó la evaluación inmediata de la zona afectada. En tiempo récord se gestionó la instalación de un puente metálico modular que fue habilitado el pasado 17 de junio, devolviendo a los habitantes la posibilidad de transitar con normalidad. “Este puente no solo nos reconecta, nos devuelve la vida”, expresó un habitante del sector durante la reapertura simbólica del paso.
En Putumayo, una ruta clave hacia Nariño volvió a la vida
Una situación similar vivió el municipio de Santiago, en Putumayo, luego del colapso del Puente Negro, infraestructura que comunicaba a la población con el departamento de Nariño a través de la Ruta 1003. El incidente ocurrió el 16 de junio, cuando el aumento repentino del caudal del río Negro socavó el estribo número 2 y arrastró una de sus aletas, dejando en evidencia la fragilidad de muchas de las estructuras ubicadas en zonas con alta exposición a eventos hidrometeorológicos.
Como resultado, miles de personas quedaron aisladas, con afectaciones directas en el acceso a alimentos, salud y transporte. La pérdida de este paso estratégico puso en alerta a las autoridades, que rápidamente coordinaron labores de atención de la emergencia y diseñaron una solución provisional: la instalación de un puente metálico modular que fue entregado e inaugurado el 4 de julio.
El restablecimiento de este corredor no solo representa una solución para Santiago y sus veredas, sino también para toda la región suroccidental del país, ya que la Ruta 1003 es un paso crucial para la integración entre Putumayo y Nariño, facilitando el tránsito de carga, turistas y residentes. La estructura instalada permitirá mantener la movilidad mientras se diseñan soluciones definitivas, que podrían contemplar la construcción de un nuevo puente adaptado al comportamiento del río y a los retos climáticos que enfrenta la región.
Inversión que salva vidas y dinamiza territorios
Las intervenciones ejecutadas en Mogotes y Santiago forman parte de un plan de acción integral diseñado por la UNGRD e INVIAS, en el que la anticipación, la rapidez de respuesta y el trabajo interinstitucional se convierten en herramientas claves para enfrentar la crisis climática que impacta directamente a la infraestructura vial del país.
La inversión cercana a los 20.000 millones de pesos incluye no solo la adquisición de los puentes, sino también los estudios técnicos, el transporte, la instalación y las adecuaciones necesarias para garantizar la seguridad y durabilidad de estas estructuras modulares. Según voceros de la UNGRD, este tipo de acciones buscan consolidar una red vial resiliente que soporte mejor las emergencias naturales, minimizando el impacto en las comunidades.
“Estas soluciones provisionales están diseñadas para resistir condiciones adversas y, al mismo tiempo, garantizar el tránsito vehicular y peatonal de manera segura. Aunque no son definitivas, representan un alivio inmediato para las poblaciones y permiten ganar tiempo mientras se formulan proyectos de infraestructura de largo plazo”, explicó un ingeniero civil vinculado al proyecto.

Vías que conectan más que territorios
Más allá de los aspectos técnicos, esta intervención demuestra cómo las vías y puentes no solo conectan territorios, sino también sueños, necesidades y derechos. En Colombia, donde muchas comunidades rurales aún dependen de un único puente o carretera para mantenerse comunicadas, perder una infraestructura de este tipo puede equivaler a un aislamiento total con consecuencias graves.
Las lluvias de 2025 han dejado claro que el cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una realidad que demanda acción inmediata. El colapso de puentes, deslizamientos, crecientes súbitas y daños en la red vial se han vuelto cada vez más frecuentes, y es en este contexto donde los puentes modulares emergen como soluciones prácticas, ágiles y efectivas para responder a la emergencia mientras se avanza en la adaptación a escenarios más extremos.
Con la reactivación de los pasos en Santander y Putumayo, la UNGRD e INVIAS reiteran su compromiso con la seguridad vial y el bienestar de las comunidades, recordando que cada metro de carretera recuperado es una oportunidad más para la vida, el desarrollo y la esperanza.