Peligrosa e inestable situación del sector energético
Resumen
El gobierno actual ha generado una crisis en el sector energético con tarifas de gas y electricidad subiendo más del 100%, afectando a usuarios debido a políticas equivocadas y falta de infraestructura adecuada.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Este gobierno se ha caracterizado por ser de un nivel de incompetencia que asusta. En este sentido el daño que ha hecho en muchos sectores está empezando a pasar factura a los ciudadanos. Este es el caso del sector energético.
Durante los últimos meses, particularmente desde el mes de enero, los usuarios del servicio de gas hemos venido viendo el crecimiento desmesurado de las tarifas de consumo, donde el precio por metro cúbico se ha incrementado en más de un 100%.
Igual situación se vive en el sector de energía eléctrica en el que mes a mes el precio del kilovatio/hora sube, porque en la política tarifaria está indexado. La presión alcista se intensifica en la medida que la oferta de energía crece más lentamente que la demanda.
En el caso del gas los factores que están distorsionando el mercado tienen que ver con el cambio abrupto de la política de exploración y explotación de los campos productores potenciales. Este gobierno desde el comienzo paralizó las actividades de búsqueda de este combustible con el prurito de que “no íbamos a seguir contaminando el medio ambiente”. Los faltantes crecientes de la producción nacional, consecuencia de esa política equivocada de no explorar ni explotar, se están supliendo con gas importado que, en algunos casos, es hasta diez veces más costoso, afectando a usuarios industriales y residenciales.
El caso de la energía eléctrica es todavía más complejo, porque con un sistema de generación que depende en casi un 70% de fuentes hidráulicas, su estabilidad en épocas de estiaje depende de los soportes que den termoeléctricas que operan con gas como combustible.
Adicionalmente, los nuevos proyectos de generación hidráulicos, eólicos, o solares, tienen no solo problemas de regulación inestable, de licenciamientos demorados (sociales y técnicos), sino de inseguridad económica que ralentizan las inversiones cuantiosas que deben realizarse.
Para comprender la gravedad de la situación revisemos alguna información: según “datos revelados por Juan Carlos Morales, gerente del Centro Nacional de Despacho de XM, dejan en evidencia que, a tres meses de que se acabe el 2025, ha entrado en operación solo el 1,8 por ciento de toda la nueva energía que se esperaba en Colombia. Es decir, se han conectado al sistema eléctrico 63,91 megavatios, cuando la meta son 3.517 megavatios. La cifra de 2025 se perfila como la más baja de los últimos años. Por ejemplo, en 2024 solo ingresó el 25,3 por ciento de todo lo esperado, y en 2023 fue el 17,5 por ciento.”
Sumémosle que, el atraso en redes de transmisión en alta y media tensión es de proporciones significativas. Con un ítem adicional: la generación de energía renovable (solar y eólica) es intermitente, no continua lo que exige inversiones cuantiosas para estabilizar las redes y evitar apagones.
El panorama no es nada fácil y de continuar la inestabilidad percibida, agravada por las billonarias deudas que el gobierno tiene con las generadoras y el sistema eléctrico en general, pueden llevar a un apagón similar al que vivimos a comienzos de la década de los noventa del siglo pasado.