Pavel Durov: el padre de Telegram y de más de 100 hijos repartirá su fortuna
Resumen
Pavel Durov, creador de Telegram, revela ser padre de más de 100 hijos por donación de esperma. Planea compartir su fortuna equitativamente, pero con acceso en 30 años. Su enfoque pronatalista desafía normas familiares y busca avanzar en la reproducción humana.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El 2025 trajo consigo una de las revelaciones más sorprendentes del ecosistema tecnológico global: Pavel Durov, fundador de Telegram, no solo es el artífice de una de las plataformas de mensajería más influyentes del mundo, sino también el padre biológico de más de un centenar de hijos. Esta historia, que mezcla genética, filosofía pronatalista y visión empresarial, fue revelada por el propio Durov en una entrevista exclusiva con la revista francesa Le Point y ha desatado todo tipo de reacciones a nivel internacional.
Durov, de 39 años, aseguró que no distingue entre sus hijos concebidos de forma natural y aquellos nacidos gracias a sus múltiples donaciones de esperma durante los últimos 15 años. Con seis hijos reconocidos nacidos de tres parejas distintas y una descendencia estimada de más de 100 niños concebidos por reproducción asistida en clínicas de doce países, el empresario ruso busca compartir su fortuna de 13.900 millones de dólares de forma equitativa entre todos ellos. Eso sí, deberán esperar: una cláusula testamentaria estipula que ningún heredero podrá acceder a su parte de la herencia hasta dentro de treinta años.
En una época donde las tasas de natalidad mundial se desploman, Durov ha optado por una postura radicalmente pronatalista. Influenciado por ideas similares a las promovidas por Elon Musk, el fundador de Telegram considera que la humanidad debe incentivar activamente la reproducción. En este contexto, su rol como donante no solo responde a una demanda médica —la escasez de esperma sano en bancos internacionales— sino también a una convicción ideológica sobre el futuro del mundo.
Esta decisión no es un gesto improvisado. El primer paso ocurrió hace quince años, cuando un amigo le pidió ayuda para concebir. Ese episodio despertó su interés por la donación sistemática, convirtiéndose en una figura inusual dentro del mundo tecnológico: multimillonario, creador de una de las apps más seguras del planeta y a la vez un fértil filántropo reproductivo.
Durov, conocido por su aversión a los gobiernos autoritarios y su férrea defensa de la privacidad digital, siempre ha caminado por fuera del molde. Su vida personal ahora refleja esa misma lógica: no hay jerarquías entre sus hijos, ni secretos sobre su legado genético. “Todos son mis hijos y tendrán los mismos derechos”, declaró con claridad.
La divulgación de su ADN, que planea hacer pública para facilitar que sus descendientes se reconozcan entre sí, subraya su deseo de derribar el tabú en torno a la donación de esperma. Lejos de verlo como una práctica anónima o vergonzante, Durov la entiende como un acto de contribución activa al futuro de la especie.
Más allá de su peculiar historia familiar, Durov sigue siendo un actor central en el universo digital. Fundador primero de VKontakte —la “Facebook rusa”—, su negativa a colaborar con el gobierno ruso en 2014 le valió el exilio y la venta de su participación en la red social. A partir de ahí, se enfocó en Telegram, una plataforma que hoy cuenta con más de mil millones de usuarios y se destaca por su encriptación y su resistencia a la censura.
En el plano empresarial, 2024 marcó un punto de inflexión para Telegram: por primera vez reportó ganancias netas (540 millones de dólares), sobre ingresos de 1.400 millones. La empresa también ha emitido bonos por 2.400 millones en los últimos cuatro años, de los cuales recompró 375 millones recientemente, lo que demuestra solidez en su estructura financiera. Además, ha dado pasos estratégicos en inteligencia artificial, integrando el chatbot Grok de xAI, la empresa de Musk, como parte de su ecosistema digital.
En suma, Pavel Durov encarna un tipo de liderazgo poco convencional: un genio de las matemáticas que fue estrella televisiva en su infancia, un emprendedor que desafió al Kremlin, y ahora, un padre masivo que desafía los modelos familiares tradicionales. Su visión del futuro —basada en la privacidad, la tecnología abierta, la paternidad extendida y la libertad genética— lo convierte en uno de los personajes más singulares y debatidos del presente. Más que un excéntrico, Durov parece haber encontrado una forma radical —y polémica— de dejar huella tanto en la nube como en la sangre.