No temamos: Asamblea Nacional Constituyente

¡Saquemos el miedo del medio y actuemos ya! ¿La quería Gustavo Petro? ¡En qué consiste la demora! Escribí sobre el compromiso de los amigos de Álvaro Uribe de defender el debido proceso, que le debe brindar el Estado, porque de lo contrario estaría en riesgo su libertad.

Y, ¿por qué queremos defender al Dr. Uribe de la celada que le ha montado una fiscal direccionada, ideologizada y sesgada que ha cambiado abruptamente la posición de inocencia del expresidente con la perversa intención de declararlo y de acusarlo?, todo a la luz de una evidente falta de garantías en el debido proceso que por obligación debe proporcionarlo el mismo Estado.

Además, por la convicción que nos asiste para defender el sobresaliente servicio que el Dr. Uribe le presto a Colombia como presidente de la república, y al papel que cumple hoy como jefe de la oposición al gobierno de Gustavo Petro.

Revisando los mecanismos que la constitución nos da para evitar los atropellos judiciales que se ciernen sobre la persona del expresidente Álvaro Uribe encontramos que  nuestra carta no establece instrumentos a los que podamos acudir en procura de garantías procesales , por lo que se podrían explorar mecanismos  internacionales por intermedio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ( CIDH), ante la que se  pueda alegar una evidente violación  de sus derechos fundamentales, incluido el derecho a un debido proceso y aun juicio justo. Pedir un acompañamiento en el proceso de la CIDH. Eso a la letra de los acuerdos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos del Pacto de San José de Costa Rica, que le permite a “cualquier persona presentar una petición individual”, alegando violación de sus derechos procesales.

Ahora regresando a la propuesta de convocar una Asamblea Nacional Constituyente considero que están dadas las condiciones políticas y sociales para que el pueblo acuda a las urnas para convocarla lo más pronto que se pueda. Llevamos casi tres años de padecer un pésimo gobierno cuyo desempeño ha estado signado por la corrupción, la incompetencia de su titular, de la mayoría de sus ministros y directores de departamento administrativos, fenómenos palpables en el último consejo de ministros por aseveraciones del mismo presidente Gustavo Petro, y de su fórmula vicepresidencial la señora Francia Márquez.

La Constitución Nacional no prevé mecanismos confiables que faciliten la salida del cargo del presidente de la república, puesto que la comisión de acusación de la cámara de representantes es un saludo a la bandera, por eso mismo la llaman, despectivamente Comisión de absoluciones, para exigir un juicio al presidente de la república que ordene su destitución constitucional. El constituyente primario, el pueblo, por intermedio de una Asamblea Constituyente tiene toda la autoridad para suspenderlo, y para resolver y conjurar los estropicios cometidos por el actual presidente de Colombia.

¿La quiso Gustavo Petro? Démosle gusto y restablezcamos el orden constitucional destruido por este nefasto gobierno. La solución comienza por la salida legal de Petro de la presidencia de Colombia. Señores líderes de los partidos de oposición, ustedes y el Congreso de la República tienen la palabra.