Ni victoria, ni derrota
Resumen
La absolución de Álvaro Uribe refleja el juicio político que divide a Colombia. Esta decisión se enmarca en un contexto de violencia, corrupción y polarización política que afecta al país desde hace décadas.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Este martes 21 de octubre el Tribunal Superior de Bogotá absolvió al expresidente Álvaro Uribe Vélez por los delitos de fraude procesal y soborno a testigos por los que había sido condenado por la jueza Sandra Liliana Heredia a 12 años de prisión, algo más de 8 años de inhabilidad para ejercer cargos públicos y una multa millonaria de más de 3.000 millones de pesos.
Por: Silvia Estupiñán Godoy
Hoy la majestad de la justicia ha estado por encima de la política, y es que más allá de que el expresidente Uribe haya sido encontrado culpable o inocente, sin duda, esto es un juicio político. Una guerra en la que llevamos años, entre derecha e izquierda. Una guerra que tiene polarizado a un país tan azotado por la violencia, el narcotráfico, el conflicto armado y la corrupción.
Y si hablamos de corrupción no podemos solo hablar de los escándalos del presente gobierno, que, sin duda, han sido demasiados para un solo periodo de la izquierda en el poder, donde demostraron que ejecutar les queda grande, y que les queda mejor la función de control político. Pero la derecha también ha tenido sus errores a lo largo de muchos gobiernos en el poder. Y si hablamos del centro ellos no se quedan atrás.
Si nos referimos a la violencia, el conflicto armado y el narcotráfico no podemos desconocer que todos van de la mano, Colombia lleva más de 60 años en una violencia que solo ha traído muertos, secuestros, destrucción, desplazamiento forzado, pérdidas económicas, ataques en infraestructura pública y privada, baja productividad, ataques a infraestructura minera y de hidrocarburos, extorsión, conflicto armado por control territorial para los cultivos ilícitos y el transporte de la droga, polarización, debilidad institucional, en fin, las consecuencias de la guerra en Colombia han sido demasiadas y devastadoras.
Esta polarización nos ha llevado también a una guerra entre los mismos ciudadanos, que hasta peleas familiares ha ocasionado, y es que nos han dividido entre derecha e izquierda, ricos y pobres y la verdad en medio de estos extremos, los ciudadanos, el colombiano de a pie, es el que ha quedado en la mitad.
Sin duda, la absolución del expresidente Uribe marca un hito en el inicio de esta época electoral tanto legislativa como presidencial. Pero como colombianos debemos demostrar que nuestro país es más que unos u otros y que somos una sola nación, que juntos debemos trabajar por construir el país que tanto añoramos.
Es hora de desescalar el discurso de odio, de unirnos por buscar caminos de paz y tolerancia unos con otros, entender que somos una sola nación y que todos debemos caminar hacia la misma Colombia que queremos, en paz, libertad, democracia, orden y desarrollo. Juntos en este 2026 debemos trabajar por recuperar lo que hemos perdido y por construir lo que nos falta.