Murió a los 95 años Violeta Barrios, expresidenta de Nicaragua
Resumen
Violeta Barrios de Chamorro, primera presidenta de Nicaragua, falleció a los 95 años. Gobernó de 1990 a 1997, restaurando las libertades civiles y promoviendo la reconciliación nacional tras una guerra civil. Su legado resalta frente al actual régimen de Ortega.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Violeta Barrios de Chamorro, expresidenta de Nicaragua y símbolo de la transición democrática en su país, falleció este sábado a los 95 años en San José, Costa Rica, tras enfrentar una larga enfermedad. Así lo anunció su familia mediante un comunicado en el que expresaron que “Doña Violeta falleció en paz, rodeada del cariño y del amor de sus hijos y de las personas que le brindaron un cuido extraordinario”.
Barrios de Chamorro, quien gobernó Nicaragua entre 1990 y 1997, hizo historia al convertirse en la primera mujer elegida presidenta en América mediante votación popular, tras derrotar en las urnas al sandinista Daniel Ortega. Su victoria marcó el fin de una década de guerra civil y abrió paso a un proceso de reconstrucción nacional bajo un gobierno de reconciliación y apertura democrática.
Alejada de la vida pública desde hace más de 20 años, la exmandataria había sido trasladada a Costa Rica en octubre de 2023 para estar cerca de sus hijos, tres de los cuales fueron desterrados por el régimen de Ortega debido a su oposición política. En el comunicado familiar, se indicó que “sus restos descansarán temporalmente en San José, Costa Rica, hasta que Nicaragua vuelva a ser República, y su legado patriótico pueda ser honrado en un país libre y democrático”.
Durante su presidencia, Barrios de Chamorro restauró las libertades civiles, promovió la reconciliación nacional y lideró un complejo proceso de paz tras años de conflicto entre el Frente Sandinista y los grupos contrarrevolucionarios. Su gobierno fue reconocido internacionalmente por su carácter civilista y su compromiso con el fortalecimiento de las instituciones democráticas.
Su figura, hoy reverenciada por muchos sectores opositores, contrasta con el actual panorama político de Nicaragua, dominado por Daniel Ortega, quien lleva 18 años en el poder y ha sido señalado por organismos internacionales de derechos humanos por ejercer un régimen autoritario. Ortega ha sido acusado de aniquilar la libertad de prensa, la independencia judicial y de perseguir a sus opositores, entre ellos familiares de la exmandataria fallecida.