La violencia vicaria
Resumen
Cazzu, en su gira por México, enfrentó la negativa de Cristian Nodal para llevar a su hija con ella. Tras recibir un permiso unilateral, viajó demostrando lucha contra la violencia vicaria. Nodal contradijo los hechos, pero Cazzu sigue adelante, mostrando que nada apaga su brillo.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Creo que todos hemos escuchado el drama entre Cristian Nodal y su expareja, la cantante Cazzu. Más allá del chisme que involucra a Ángela Aguilar, creo que las últimas declaraciones de Nodal son la perfecta explicación de lo que es la violencia vicaria, pero para explicarles tengo que contextualizarlos.
Por: Maura Samara Suárez
Resulta que Cazzu está de gira por varias ciudades de México y sus conciertos han sido un éxito. Desde el inicio, esto ha incomodado a su expareja: las entradas se agotaron muy rápidamente desde mayo de 2025, para fechas que inician en octubre hasta diciembre. En medio de esto, ella solicitó permiso a Nodal para llevar a su hija a la gira que realizaría en México, pero él se lo negó. Ante esta negativa, Cazzu decide pedir un permiso unilateral a un juez (una figura que existe en Argentina cuando hay conflicto entre progenitores). Finalmente, el juez le dio la razón y pudo viajar con su hija a México.
Ya en México, al ser abordada por reporteros, Cazzu explicó que su hija viajó con ella gracias a ese permiso unilateral. Tras esas declaraciones, Nodal publicó un comunicado asegurando que él había otorgado todos los permisos. Sin embargo, luego se contradijo afirmando que las mediaciones sobre su hija son confidenciales y que Cazzu no debía contarlas públicamente, lo que en cierta forma confirma que lo relatado por ella es cierto. Además, intentó invalidar sus palabras diciendo que tergiversaba los hechos.
Lo que ha hecho Nodal con Cazzu encaja claramente en la definición de violencia vicaria. De acuerdo con la sentencia T-526 de 2023, esta se entiende como “la que es ejercida por los hombres contra las madres de sus hijos, mediante el daño infligido directamente a los menores, como una forma de castigo a las mujeres, en especial, en escenarios de separación o divorcio”. Incluso se menciona que suele usarse como estrategia de los agresores “para continuar ejerciendo violencias contra las mujeres, en un ejercicio claro de control y dominación de sus decisiones y proyectos de vida”.
En este caso, se evidencia un intento de controlar sus decisiones. Cazzu había agotado sus conciertos en tan solo 24 horas, mientras que la familia de su esposa Angela Aguilar y él han tenido que cancelar presentaciones por baja venta de boletos; incluso han promovido firmas para cancelar conciertos gratuitos, y en cada show reciben gritos en apoyo a Cazzu. Era claro que ella no iba a quedarse un mes en México sin su hija, la niña todavía es muy pequeña para dejarla tanto tiempo. Además, su trabajo no es solo producir música, sino también presentarse en vivo. No debería renunciar a su proyecto de vida ni a sus sueños solo porque el padre de su hija le niegue permisos de salida del país, que es justamente lo que parecía buscar con esa negativa.
Este tipo de violencia lo sufren constantemente muchas mujeres, especialmente las separadas, amenazas con quitarles la custodia, retención del dinero de la manutención para castigarlas, incumplimiento de las visitas para generar angustia, destrucción de objetos con valor sentimental o impedir que los hijos participen en actividades porque la expareja los apoya. Lo que intentó ser un freno para Cazzu terminó confirmando que nada puede apagar el brillo de una mujer que decidió no renunciar a su vida ni a sus sueños. Felicitaciones a Cazzu por no rendirse y por demostrar que la maternidad no anula la libertad de una mujer. Pero ella misma lo dijo, tiene el privilegio de poder luchar legalmente por sus derechos. La pregunta es, ¿qué pasa con las miles de mujeres que no tienen los medios ni las herramientas para hacerlo?