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La licencia social también se estructura desde el origen

Resumen

En Colombia, la comunicación debe ser parte del inicio de un proyecto, no un paso tardío. Escuchar al territorio desde el comienzo asegura relaciones genuinas y evita narrativas negativas preexistentes.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Mariana Ballestas
La licencia social también se estructura desde el origen

Por Mariana Ballestas*

En Colombia, donde sacar adelante un proyecto depende tanto de lo que dicen los estudios y diseños como de lo que percibe el territorio, comunicar no puede ser una fase tardía. Tiene que formar parte del origen, cuando todo aún está por definirse, cuando no hay renders ni firmas, pero ya existe una intención que, si no se conversa, difícilmente podrá sostenerse en el tiempo.

Durante años, el orden ha sido otro. Primero se estructuran los proyectos, se gestionan los permisos, se firma el contrato y solo entonces alguien considera necesario informar, como si la conversación pudiera esperar, como si el entorno no existiera hasta que se le convocara. Sin embargo, cuando las empresas llegan con su mensaje, muchas veces ya hay una narrativa instalada que no escribieron ellas, y revertirla no solo es difícil: también es costoso.

Comunicar antes del contrato no significa salir a presentar un plan, sino llegar a escuchar el terreno donde ese plan podría construirse. Los territorios no comienzan con el proyecto, tienen memoria, relaciones, silencios, expectativas. Hablan desde lo que han vivido, desde lo que no se les cumplió, desde lo que temen que se repita. Llegar sin haber entendido eso no es solo ingenuo, es un riesgo innecesario.

He visto proyectos técnicamente impecables quedarse detenidos por no haber abierto una conversación a tiempo. También he acompañado otros que avanzan en contextos complejos, no porque todo esté resuelto, sino porque se han cultivado relaciones genuinas desde el principio. Comunicar, en ese sentido, no es explicar ni convencer, es relacionarse. No se trata de diseñar un mensaje, sino de abrir una conversación que tenga sentido compartido.

Ese trabajo que ocurre en la etapa de preconstrucción y que rara vez se celebra es el que permite que las fases posteriores, como la construcción, la operación y el mantenimiento, se desarrollen con legitimidad. Y no me refiero a la que otorgan las entidades, sino a la que se gana en el territorio, la que no se sostiene en la norma, sino en la palabra, en la presencia y en la coherencia.

Desde el área de Licencia para Operar que lidero en IDDEA Comunicaciones hemos acompañado procesos donde esta forma de hacer comunicación temprana, situada y sostenida ha marcado la diferencia. No porque elimine los conflictos, sino porque abre la puerta a nuevas preguntas, a otros ritmos y a vínculos más duraderos. Porque transforma la percepción de una empresa que llega en la presencia de un actor que se queda.

Hablar antes del contrato es entender que los proyectos no solo se estructuran en oficina, también se estructuran en comunidad. Que no basta con saber hacer, también hay que saber estar. Y que la viabilidad no se mide únicamente en kilómetros, megavatios o licencias, sino en la capacidad de construir confianza donde antes había distancia.

No se trata de comunicar más, el objetivo es comunicar mejor, desde el comienzo, desde adentro.

* Directora de IDDEA Comunicaciones

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por Mariana Ballestas

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