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La huella mexicana en Santander

Resumen

Bucaramanga mantiene un estrecho vínculo cultural con México que abarca cine de la Época de Oro, música ranchera, telenovelas y gastronomía. Esta relación ha forjado una identidad cultural en la capital santandereana desde mediados del siglo XX.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Círculo Amigos de Bucaramanga y Santander
La huella mexicana en Santander

Un legado cultural, gastronómico y musical que perdura. Desde el cine de la Época de Oro hasta las telenovelas y la gastronomía contemporánea, la influencia de México ha contribuido a moldear aspectos clave de la identidad cultural Santandereana

 

Bucaramanga, reconocida por su diversidad cultural y su apertura a las manifestaciones artísticas, ha mantenido un estrecho vínculo con la cultura mexicana a lo largo del tiempo. Este lazo, que se remonta a mediados del siglo XX, ha dejado una profunda huella en la música, el cine, la televisión y la gastronomía de la capital santandereana, integrándose de manera natural a la vida cotidiana de sus habitantes.

 

Uno de los primeros puntos de encuentro fue el cine mexicano de la Época de Oro, que entre las décadas de 1940 y 1950 tuvo un papel decisivo en la vida cultural de Bucaramanga. Los teatros emblemático del circuito unión y demás proyectaban películas con ídolos como Pedro Infante, Jorge Negrete, María Félix o Dolores del Río. Estas producciones no solo entretenían, sino que transmitían valores, modas y formas de vida que influenciaron el gusto del público. Las historias románticas y los personajes heroicos generaron identificación y admiración, y con ellas llegó también la música ranchera.

 

Las serenatas, las celebraciones familiares y los programas radiales locales incorporaron temas como El rey, Cielito lindo o México lindo y querido, que se convirtieron en clásicos infaltables en las fiestas patronales y los eventos culturales. Con el tiempo, Bucaramanga acogió la tradición del mariachi, consolidando su gusto por un género que, aunque extranjero, se volvió parte del alma musical local.

 

En las décadas siguientes, la televisión profundizó esa conexión. Las telenovelas mexicanas, emitidas desde los años setenta, conquistaron los hogares con historias cargadas de emociones, melodrama y personajes inolvidables. Producciones como Los ricos también lloran, María la del Barrio entre otras marcaron generaciones y formaron parte de la rutina familiar frente al televisor.

 

A este fenómeno se sumó el humor universal de Cantinflas y El Chavo del 8, íconos que trascendieron fronteras. Las películas de Cantinflas, llenas de picardía y crítica social, se convirtieron en referentes de humor popular en las salas de cine locales, mientras que las aventuras del Chavo, la Chilindrina y Don Ramón encontraron en un público fiel que aún hoy repite sus frases y celebra su sencillez. Ambos personajes ayudaron a fortalecer un sentido de cercanía con México a través de la risa y la empatía.

 

La gastronomía mexicana también se ha ganado su espacio. Desde la década de 1990 comenzaron a abrirse restaurantes inspirados en la cocina del país azteca. Tacos, burritos, enchiladas, guacamole y nachos se integraron en la oferta culinaria local, conquistando a jóvenes y familias tradicionales. Hoy, Bucaramanga cuenta con una amplia variedad de establecimientos dedicados a la comida mexicana, reflejando una apropiación constante de sus sabores.

 

El arte y la estética mexicana también dejaron su impronta. Murales coloridos, calaveras decorativas y referencias a Frida Kahlo o Diego Rivera adornan cafés, bares y espacios culturales. Esta presencia visual evoca la fuerza expresiva del arte mexicano y su influencia en la creación local.

 

Instituciones como el Instituto Municipal de Cultura y Turismo (IMCT) y las universidades locales han impulsado intercambios binacionales, festivales y muestras gastronómicas, manteniendo viva esta conexión. Estos espacios de encuentro refuerzan la idea de que la relación cultural entre Bucaramanga y México es recíproca y evolutiva.

 

La afinidad entre ambas culturas se explica por valores compartidos: el amor por la música, la familia, la tradición y la celebración. En cada serenata, en cada plato picante y en cada recuerdo frente al televisor, se refleja la huella mexicana que los bumangueses han hecho suya.

 

“Para el Círculo de Amigos de Bucaramanga, estos encuentros, como el conversatorio México y Bucaramanga del 8 de noviembre en El Libro Total y el Ranchera Fest del 4 de diciembre en Cenfer con Luis Alfredo Jiménez, son una oportunidad para celebrar la hermandad cultural entre dos pueblos que se admiran y se inspiran mutuamente. Diego Sáenz*

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por Círculo Amigos de Bucaramanga y Santander

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