‘La Bonita’ apuesta por el bienestar y la salud comunitaria en 2025
Resumen
Bucaramanga implementa más de 3,000 jornadas para personas en situación de calle y estrategias preventivas contra la fiebre amarilla. La iniciativa mejora el bienestar y refuerza la inclusión y salud comunitaria bajo la administración de Jaime Andrés Beltrán.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En lo corrido del año las autoridades sanitarias han estado al margen de las contingencias que se han presentado a nivel nacional, departamental y local, respondiendo de manera satisfactoria a las necesidades de Bucaramanga.
Por: Andrés Felipe Quijano Silva / EL FRENTE
En una ciudad donde el compromiso social se traduce en acciones concretas, Bucaramanga ha intensificado sus esfuerzos por brindar segundas oportunidades y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos más vulnerables. A lo largo del 2025, la administración liderada por el alcalde Jaime Andrés Beltrán ha puesto en marcha más de 3.000 jornadas de autocuidado dirigidas a la población en situación de habitancia en calle, una estrategia que no solo aporta bienestar, sino que dignifica a quienes históricamente han sido excluidos.
Dignidad en medio de la vulnerabilidad
Las jornadas se desarrollan bajo el marco de la estrategia “Tejiendo Bienestar Comunitario”, la cual ha permitido consolidar espacios donde se ofrece atención integral a cerca de 380 personas en situación de calle. En el Centro de Atención Integral y Empático al Habitante en Calle, ubicado en la calle 30 # 17-74, se han brindado servicios esenciales como duchas, peluquería, kits de higiene y entrega de ropa limpia, generando un entorno digno y humano para esta población.
Pero la atención no se queda en lo superficial. Gracias a la articulación con la Universidad Santo Tomás y la Secretaría de Salud y Ambiente, estas jornadas han incorporado también componentes de salud pública: alimentación básica, tamizaje para enfermedades como VIH, tuberculosis y sífilis, y acompañamiento psicosocial. Esta atención multidimensional busca más que el alivio inmediato: pretende abrir caminos hacia la recuperación y reintegración social.
Iván Darío Torres Alfonso, secretario de Desarrollo Social, subraya que el objetivo principal es ampliar la oferta institucional, de modo que más personas acepten participar en los procesos de rehabilitación y acompañamiento que ofrece el municipio. “Con estas acciones reafirmamos nuestro compromiso con la transformación social. Queremos que estas personas sientan que tienen un lugar en esta ciudad y que no están solas”, expresó.
Salud preventiva para todos

La apuesta de la administración por una Bucaramanga más inclusiva y solidaria se complementa con otro frente vital: la prevención en salud pública. A pesar de estar clasificada como un municipio de alto riesgo por fiebre amarilla –en compañía de otros 23 del departamento de Santander–, la ciudad no ha reportado hasta la fecha ningún caso, resultado del trabajo proactivo y preventivo liderado por la Secretaría de Salud y Ambiente.
Uno de los pilares de esta labor ha sido la estrategia de inspecciones domiciliarias. En los primeros cuatro meses del año, se han visitado 4.539 viviendas y se han detectado formas inmaduras del mosquito Aedes aegypti –vector del dengue y la fiebre amarilla– en 364 de ellas. Además, más de 5.000 ciudadanos han sido educados sobre medidas preventivas y se ha logrado la eliminación del 100 % de los criaderos encontrados, presentes principalmente en tanques, llantas, plantas y otros depósitos de agua estancada.
La campaña no se ha limitado a la vigilancia pasiva. Se han instalado 387 toldillos sin impregnar en hogares de barrios especialmente vulnerables como San Pedro Claver, Café Madrid (sector El Cable), Miraflores y Vereda Santa Bárbara, beneficiando directamente a 509 personas. Entre ellos se cuentan niños menores de cinco años, adultos mayores, mujeres gestantes y personas con discapacidad o enfermedades preexistentes. Estas acciones, distribuidas en ocho jornadas, buscan proteger de manera directa a los grupos más susceptibles de sufrir complicaciones graves por enfermedades transmitidas por vectores.
Educación comunitaria: clave en la lucha contra el Aedes aegypti

En paralelo, se han adelantado capacitaciones comunitarias sobre dengue y fiebre amarilla en sectores estratégicos como Provenza, Real de Minas, La Universidad, La Ceiba y San Alonso, con una participación de más de 2.200 personas. La formación se enfoca en enseñar a la comunidad a identificar y eliminar posibles criaderos del mosquito en sus propios hogares.
Claudia Mercedes Amaya Ayala, secretaria de Salud y Ambiente, enfatiza que la clave para prevenir estas enfermedades está en la acción colectiva y cotidiana. “La mayor estrategia es eliminar los criaderos de Aedes aegypti. Estos mosquitos se reproducen en pequeños cúmulos de agua, así que hay que revisar los patios, las llantas viejas, recipientes abandonados. Es fundamental vaciar y lavar bien cada depósito con cepillo y límpido, porque una sola hembra puede poner entre 100 y 200 huevos diarios”, explicó.
Este enfoque preventivo no solo protege a la ciudadanía, sino que también fortalece la capacidad de respuesta de las autoridades ante eventuales brotes epidémicos. Las jornadas pedagógicas permiten que los bumangueses se conviertan en agentes activos de su propia salud, lo cual es fundamental en una época en la que la participación ciudadana es un componente esencial de la salud pública.
Una ciudad que se transforma
El esfuerzo conjunto de las secretarías de Desarrollo Social y de Salud y Ambiente demuestra que el bienestar de una ciudad no se mide solo por sus indicadores económicos, sino también por la capacidad de su gobierno de generar condiciones de dignidad, inclusión y prevención para todos sus ciudadanos, especialmente los más vulnerables.
La Bucaramanga de hoy, bajo el liderazgo de Jaime Andrés Beltrán, es una ciudad que ha comprendido que no puede haber desarrollo sin inclusión, ni salud sin prevención. Las cifras hablan por sí solas, pero son los rostros de quienes han sido beneficiados los que realmente dan cuenta de una transformación social en marcha. Transformar la vida de quienes viven en las calles y prevenir enfermedades que podrían afectar a miles son tareas que exigen compromiso, coherencia y humanidad.