Inflación golpea la economía de los hogares en Bucaramanga
Resumen
Bucaramanga enfrenta un aumento inflacionario del 6,49%, superior al 5,16% nacional, afectando especialmente a los estratos medios y bajos. Esto reduce el poder adquisitivo y requiere acciones urgentes de control y apoyo económico.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Un dato desalentador le llegó a Bucaramanga y es que se consolidó como la ciudad más costosa para vivir en Colombia de acuerdo con el Índice de Precios al Consumidor, IPC, publicado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, para abril de 2025.
De acuerdo con la entidad encargada de los guarismos estatales, la capital de Santander registró una variación anual del 6,49 por ciento y superó el promedio nacional del 5,16 por ciento.
El informe señala que a nivel nacional los sectores que más presionaron el IPC en abril fueron alimentos y bebidas no alcohólicas con un incremento del 1,10 por ciento y alojamiento, más agua, más electricidad, más gas y otros combustibles, con un aumento del 0,74 por ciento.
En ciudades como Bucaramanga esos aumentos afectan con mayor fuerza a los estratos medios y bajos. La presión inflacionaria redujo el poder adquisitivo de muchas familias y obligó ajustes en el consumo o endeudamiento para cubrir gastos.
Se requiere que las autoridades locales revisen esos datos para diseñar soluciones efectivas, eficientes y eficaces de aplicación a corto plazo, para así evitar que la pobreza y la desigualdad se profundicen.
El encarecimiento de insumos básicos y servicios esenciales demanda acciones. El Gobierno nacional debe reforzar el control de precios para impedir abusos en la cadena de comercialización.
Los entes de supervisión deben ejercer vigilancia rigurosa e imponer sanciones a quienes especulen con productos alimentarios, vestuario y elementos de aseo personal y del hogar o tarifas de servicios públicos.
Este municipio, donde la inflación supera el promedio nacional, requiere transferencias extraordinarias para financiar programas de apoyo. Se necesita revisar los criterios de focalización para garantizar que la ayuda llegue a las familias que más lo necesitan.
Se tienen que impulsar campañas de educación financiera. La capacitación en manejo de presupuesto y ahorro permitiría a las familias optimizar recursos y reducir vulnerabilidades. Ese esfuerzo exige colaboración entre gobiernos locales y organizaciones no gubernamentales. La Cámara de Comercio de Bucaramanga puede asumir un rol activo en la formación de emprendedores para generar nuevas fuentes de ingreso ante la inflación.
La coyuntura exige un compromiso colectivo. El sector público dispone de herramientas para mitigar la inflación y proteger el bienestar ciudadano. El diálogo entre autoridades, gremios y sociedad civil debe traducirse en medidas concretas.
Pero no es sólo la presión sobre los estratos más pobres, eso también afecta la intensión que se tiene de que la “Ciudad Bonita” se convierta en un sitio de obligada visita turística y no ser un simple punto de paso como se muestra hasta el momento.
El hecho de ser una ciudad cara pone a echar cuentas a eventuales turistas y eso hace desistir de pernoctar por varios días y se afianza la sensación de que siempre será una ciudad para el turismo de negocios y no para el turismo vacacional y recreativo.
