Historias de pasiones devotas

Panamericana Editorial acaba de ofrecer al mundo literario una hermosa publicación que recopila cinco obras del escritor  austriaco Stefan Zweig: Novelas, que contiene Carta de una desconocida, El amor de Erika Ewald, Novela de ajedrez, Confusión de sentimientos y Mendel, el de los libros, en la que los lectores que no se dejan abrumar por el afán del mundo moderno y no caen en el lugar común del tiempo como impedimento para crecer, podrán leer, sin distracciones, la propuesta narrativa de uno de los más grandes autores de Europa, quien, en el contexto colombiano, ha sido estudiado, celebrado y referenciado por Mario Mendoza en varias de sus célebres conferencias.  Las cinco novelas ponen en evidencia la genial pluma del autor y su capacidad incuestionable para crear personajes y situaciones, totalmente verosímiles, en donde, en cada una de ellas se pueden rastrear seres, quienes, a su manera, son presas de sus pasiones y viven y padecen por aferrarse a ellas con total devoción.

Con una impecable traducción, por parte de Olga Marín Maldonado y bajo la minuciosa edición de la maestra Luisa Noguera Arrieta, Novelas ofrece a los lectores la posibilidad de encontrar, en un solo libro, cinco obras que dan cuenta del porqué Stefan Zweig está en el Olimpo de los escritores.  En especial, por mostrar, a través de sus mundos posibles, relatos breves, en los que las pasiones dominan y seducen a todo tipo de personajes y los llevan a emprender todo tipo de empresas, en los que la felicidad no siempre está de su lado, y la incertidumbre, la insatisfacción y la ceguera mental arremeten, de manera implacable.  Prueba de ello, es lo que sucede en Carta de una desconocida, en donde, como sucede con la otras obras, hay personajes, dignos de admiración, debido a su nivel intelectual, su amor por las letras, los libros y el arte en general, que generan todo tipo de reacciones y emociones («Solo las niñas solitarias pueden guardarse así su pasión [...]») en seres silentes, solitarios y ensimismados: «Y ahora me inquietaba cómo sería aquel individuo que poseía y había leído todos esos libros maravillosos, que sabía tantos idiomas, que era tan rico y tan culto al mismo tiempo.  Pensar en todos esos libros me produjo una especie de veneración sobrenatural».  En El amor de Erika Ewald, también se hace presente ese nivel de admiración, que llega casi a la locura: «Pues aquella noche, un artista, un creador, todavía le parecía un ser poderoso que no pone los pies en la vida, sino que vive en la lejanía, inaccesible y superior [...]».

Esta constante, que se ha visto en las anteriores obras, también se puede identificar en Novela de ajedrez: «Toda la vida me han intrigado los seres monomaníacos, obsesionados con una sola idea [...]».  Por su parte, en Confusión de sentimientos, se aprecia que «Cuanto más impenetrable el misterio, mayor la atracción que ejercía en mi impaciencia apasionada».  Finalmente, en Mendel, el de los libros, se menciona que «En aquel pequeño librovejero, originario de Galitzia, llamado Jakob Mendel, descubrí por primera vez, en mi juventud, el gran misterio de la concentración absoluta, que hace al artista como al erudito, al verdadero sabio como al loco de remate: esa trágica fortuna y desgracia de la obsesión total».

Esta es parte de la magia que posee Novelas, de Stefan Zweig, ofrecer a lector inolvidables personajes, que experimentan, desde su lugar de enunciación, una particular veneración, admiración y pasión hacia seres que destacan por sus habilidades intelectuales y artísticas, que generan todo tipo de detonantes, en cada una de las historias que conforman cada una de las cinco obras, que se reúnen en esta novedad de Panamericana Editorial.