Federalismo
Resumen
El centralismo administrativo en Colombia ha frenado el desarrollo económico al concentrar recursos en Bogotá. Las regiones han liderado iniciativas industriales, pero necesitan autonomía para gestionar sus recursos y proyectos según su potencial.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El centralismo administrativo ha sido un verdadero freno para el desarrollo de Colombia. Bogotá y su historia no han sido un acicate para el desarrollo del País. Fue la capital virreinal más pobre del Imperio Español.
Una aldea perdida en la cumbre de los Andes sumida en un letargo secular no podía ser la capital de la Gran Colombia. La vida colonial de Santafé de Bogotá fue de una abulia increíble, carente de una actividad económica digna de mención, alejada de las rutas de comercio. Dedicada a una pobre administración y actividades parroquiales, careció del entusiasmo para emprender aventuras exploratorias del territorio.
Actualmente la Capital se presenta como una sociedad carente de iniciativas, sin proyecciones de desarrollo, ante unas regiones anhelantes de progreso. La indiferencia capitalina ha sido un factor de estancamiento, el desarrollo industrial del País se encuentra paralizado, lo único que se mueve es una charlatanería política, una madeja de intrigas y una ausencia total de positivismo.
Ante un Gobierno que pretende institucionalizar la delincuencia, la reacción ciudadana ha sido de una pasmosa pasividad.
Bogotá es una ciudad apática, melancólica y fatalista por lo cual carece de ánimos para festejar, en medio de un País tropical, donde otras ciudades celebran carnavales, ferias y festividades, en la capital predomina un ánimo negativo, un resentimiento pervasivo que impregna el ambiente, no hay celebraciones, no hay folklore.
El medio universitario es torvo, agresivo no existen tunas ni coros estudiantiles, solamente odios, ideologías obsesivas y pedreas.
Un País con una situación geográfica privilegiada ha mantenido una frustración secular ante la indiferencia del establecimiento capitalino; la mayor parte de las iniciativas han surgido de la provincia; en Antioquia crearon el mayor emporio textil de Latinoamérica, un pésimo manejo arancelario del Gobierno central lo llevó al fracaso. En Barranquilla nació la aviación civil. En el Valle del Cauca se presentó el mejor desarrollo agroindustrial de Colombia, hoy estancado y amenazado por una violencia acicateada desde el poder central. En Antioquia, han tenido lugar los grandes desarrollos de centrales hidroeléctricas; en la Costa Atlántica se desarrolló la gran minería de carbón; el cultivo de café prosperó en el Occidente del País, el cultivo de cacao prospera en Santander; la palma africana en el Valle Medio del Magdalena.
La explotación petrolera tiene lugar en los Llanos Orientales, Valle del Magdalena, Catatumbo y Putumayo, pero se administra desde Bogotá. Las grandes cadenas comerciales se han iniciado principalmente en Medellín, Barranquilla y Cali.
Mientras tanto, la burocracia capitalina produce decretos, trámites y trabas para la actividad económica de un País que desconoce. El Litoral Pacífico permanece en el abandono, la Selva Amazónica es ignorada, las llanuras de la Orinoquia subutilizadas.
La inversión gubernamental se ha centrado excesivamente en el altiplano donde se encuentra la capital. Hace algunos años quisieron crear en dicho altiplano un centro de industria pesada, proyecto que fracasó, empresas tales como Distral, Colmotores, Mazda, Colcarril, Siderúrgica de la Sabana y muchas más desaparecieron, la situación geográfica no era adecuada para esos emprendimientos.
Actualmente, Bogotá con un gran crecimiento demográfico presenta una increíble proliferación de restaurantes, fondas y comederos de toda índole. Pululan las peluquerías, las ventas de repuestos automotores, vendedores ambulantes, recicladores, mensajeros, celadores, porteros, etc.
Pero no hay grandes proyectos industriales, la situación geográfica de la ciudad, en una elevada meseta andina lejos de litorales y ríos navegables, pobre en recursos hídricos no es adecuada para las empresas manufactureras.
Hay razones suficientes para considerar la necesidad de un régimen federal, donde las regiones administren sus recursos y desarrollen proyectos de acuerdo con su situación geográfica, posibilidades de transporte, disponibilidad de energía y de materias primas.