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Extinguiendo ‘elefantes blancos’

Resumen

Un nuevo proyecto de ley busca modificar la Ley 80 de 1993 para mejorar la transparencia y eficiencia en la inversión pública, disminuyendo la contratación por terceros y reactivando obras inconclusas o 'elefantes blancos'. Esto fortalecería la planificación y supervisión de recursos.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Fundación Participar
Extinguiendo ‘elefantes blancos’

Dentro de las estrategias en la lucha contra la corrupción, en los últimos días se conoció la formulación de un proyecto de ley radicado en el Congreso de la República, denominado “Chao elefantes blancos”, la cual busca realizar una serie de modificaciones a la Ley 80 de 1993, buscando garantizar una mayor transparencia y eficiencia en la inversión de los recursos públicos.

Según sus percusores, esta iniciativa propone, por ejemplo, disminuir la contratación de obras y servicios a través de terceros, mediante la obligación de asumir directamente la ejecución de obras de infraestructura y la prestación de servicios por parte de las entidades públicas.  También se busca limitar la participación de empresas que hayan sido incumplidas en contratos anteriores y contempla la adopción de estrategias para la reactivación y finalización de las obras que ya se encuentran categorizadas cómo inconclusas o ‘elefantes blancos’.

El término “elefantes blancos” es usado para denominar a aquellos proyectos de infraestructura que se financian con recursos públicos, pero que quedan sin terminar, o sin ser utilizados para el fin para el cual se crearon o cuyo costo termina siendo mayor que el beneficio.

El origen del término proviene de Tailandia, donde los elefantes de color blanco eran considerados animales sagrados, que representaban poder real y notoriedad, por lo cual era un regalo frecuente entre la realeza. Sin embargo, regalar elefantes blancos, también se empezó a utilizar como una estrategia para molestar a los enemigos o rivales, quienes al recibir al animal debían gastar grandes cantidades de dinero en su mantenimiento sin poder obtener utilidad alguna, precisamente, por su carácter sagrado.  Por esta razón, el elefante blanco, lejos de ser un regalo anhelado, se convertía en fuente de ruina y preocupación.

En la actualidad, las obras inconclusas o ‘elefantes blancos’ ascienden a más de 1.700 en el país, con un valor estimado de $15 billones de pesos, lo cual, igual que en la antigua Tailandia, también representan ruina y despilfarro y además refleja una gestión ineficaz o corrupta de los recursos públicos y una violación directa a los principios de planeación, economía y transparencia.

Mas allá de la expedición normas, para evitar nuevos “elefantes blancos” en el país, es necesario fortalecer la etapa de planeación de los proyectos, realizar una adecuada supervisión contractual y procesos de control y vigilancia por parte de las autoridades competentes que permitan una ejecución eficiente de los recursos.

También es importante la participación activa de la sociedad civil en la identificación y denuncia de las obras no culminadas o que se encuentren en estado de abandono, como insumo para las investigaciones que desde la Contraloría General de la República se adelantan a través de la estrategia “Compromiso Colombia, Rescatando Elefantes Blancos” encaminada a recuperar obras públicas inconclusas.

*Marcela Pabón. e-mail: fundparticipar@yahoo.es

 

 

 

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