¿Estamos llegando a un punto de no retorno?
Resumen
Colombia enfrenta una creciente criminalidad con grupos armados ilegales tomando control. El gobierno parece ineficaz, dado que prioriza la ideología sobre acciones concretas. La sociedad debe unirse para exigir cambios antes de que sea demasiado tarde.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Muchos colombianos están pensando que Colombia se acerca velozmente a un punto de no retorno. Personalmente creo que todavía no. Sin embargo, el país se nos desangra en silencio. Todos los días, los noticieros informan con rigor sobre masacres, extorsiones, secuestros, reclutamiento forzado de menores, feminicidios, secuestro de militares por orden de los grupos armados ilegales, instrumentalizando a comunidades de campesinos e indígenas, crímenes y control territorial ejercidos por grupos narcoterroristas como el Clan del Golfo, las disidencias de las Farc, el ELN y estructuras multicrimen que cumplen su función de atemorizar a la población. El ciudadano del común se pregunta: ¿En dónde está la autoridad del Estado? ¡No existe!
La autoridad al parecer se ha confabulado con los terroristas en su intención de dar un zarpazo al Estado de Derecho. Lo vimos desde el comienzo, pero no le paramos bolas, cuando supimos del pacto de la picota, cuando se supo de la participación de jefes de los clanes mediante aportes económicos, denunciados por Benedetti, a la campaña presidencial por más de $15.000 millones de pesos, dejamos pasar por alto el escándalo de corrupción en la UNGRD para comprar congresistas, los turbios aportes que recibió el hijo del presidente Nicolás Petro de parte de jefes de la mafia, la toma de territorios en 28 departamentos del país por parte de grupos armados ilegales de las Farc y el ELN, 800 municipios afectados por esas organizaciones terroristas, el atentado criminal contra un candidato presidencial de la oposición etc.
El gobierno de Gustavo Petro, lejos de responder con firmeza, esta entregado a la retórica ideológica, a la confusión jurídica y al debilitamiento de las Fuerzas Armadas. Habla de paz, pero no actúa, promete reformas, pero termina pactando con criminales. Mientras tanto, ante el avance de la criminalidad la sociedad se siente sola.
Nos preguntamos: ¿hemos llegado a un punto de no retorno? La respuesta es no, pero estamos peligrosamente cerca. Y aquí es donde debemos entrar a jugar un papel fundamental la inmensa mayoría de colombianos decentes, honestos y comprometidos con la patria. ¿Qué debemos hacer? Alzar la voz sin miedo; fortalecer la unidad ciudadana; respaldar a la fuerza pública; Rescatar a la política de trampas ideológicas; exigir resultados, no retórica.
La salida de la violencia no vendrá de una Asamblea Nacional Constituyente, ni de acuerdos oscuros con criminales. Vendrá si organizamos unidos al pueblo que se rehúsa a arrodillarse. No hemos llegado aún al punto de no retorno, pero el tiempo juega en contra, y la indiferencia también mata.