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Elon Musk y Donald Trump se distanciaron y Tesla perdió una fortuna

Elon Musk y Donald Trump se distanciaron y Tesla perdió una fortuna

Resumen

El distanciamiento entre Elon Musk y Donald Trump surge tras la rápida aprobación de una ley que elimina importantes créditos fiscales para Tesla. Esta medida provocó una caída del 14% en sus acciones y amenaza el futuro de los autos eléctricos en EE.UU.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Andrés Quijano

Lo que parecía ser una relación estratégica entre dos de los personajes más influyentes del escenario económico y político de Estados Unidos se ha convertido en un pulso público con consecuencias multimillonarias. Elon Musk, CEO de Tesla, y el presidente Donald Trump han protagonizado un desacuerdo que no solo ha sacudido el mercado bursátil, sino que también ha reavivado el debate sobre el futuro de los incentivos fiscales para la industria de vehículos eléctricos.

El desencadenante fue la aprobación exprés de un nuevo proyecto de ley presupuestario impulsado por la administración Trump y respaldado por la Cámara de Representantes. El plan, que enarbola una serie de exenciones para trabajadores —como la eliminación de impuestos sobre propinas y horas extra—, también suprime créditos fiscales clave que habían sido fundamentales para el crecimiento de Tesla y del mercado de autos eléctricos en general.

Las reacciones no se hicieron esperar. Las acciones de Tesla cayeron más del 14% en la Bolsa de Nueva York, lo que se tradujo en una pérdida de más de 100.000 millones de dólares en capitalización de mercado. Un desplome que refleja no solo la volatilidad del entorno financiero, sino también el peso que tiene la confianza —o su ausencia— en los grandes líderes del mercado.

Trump, visiblemente molesto por las críticas del magnate sudafricano, aseguró que Musk estaba al tanto del contenido de la ley y calificó sus declaraciones como "lamentables". Musk respondió de inmediato desde su cuenta en X (antes Twitter), desmintiendo cualquier conocimiento previo del texto y denunciando la opacidad del proceso legislativo: “¡Falso! No me enseñaron este proyecto ni una sola vez”, escribió, acusando al gobierno de actuar con una rapidez deliberada que impidió la lectura y el debate adecuado del documento.

En el fondo, el verdadero conflicto parece ser ideológico y estratégico. Musk —quien ha tenido una relación ambivalente con Trump desde sus primeros años en el poder— se muestra crítico con lo que considera un “presupuesto inflado y lleno de grasa innecesaria”, mientras que Trump lo acusa de reaccionar mal ante la posible pérdida de beneficios fiscales que habían favorecido a Tesla en años anteriores.

Pero hay algo más profundo en juego: el futuro de la política industrial estadounidense. La eliminación de los créditos fiscales para autos eléctricos no solo afecta a Tesla, sino que envía un mensaje contradictorio en un momento en el que muchas potencias globales —desde China hasta la Unión Europea— están redoblando sus esfuerzos por descarbonizar el transporte. Estados Unidos, en cambio, parece dar un paso atrás, priorizando una agenda fiscal orientada a beneficios inmediatos para ciertos sectores, en detrimento de la transición energética.

La disputa también deja al descubierto las tensiones entre Silicon Valley y Washington. Mientras Musk insiste en que fue una figura clave para la victoria de Trump —apoyándolo financieramente y con asesoría estratégica—, el presidente ahora marca distancia, poniendo en evidencia la fragilidad de las alianzas cuando se entrecruzan intereses políticos y económicos.

En definitiva, este desencuentro entre dos titanes podría marcar un punto de inflexión en la política fiscal de Estados Unidos. Con el mercado reaccionando de forma inmediata y los inversores cada vez más atentos a los vaivenes entre el poder empresarial y el poder ejecutivo, la gran pregunta es: ¿quién ganará esta batalla de narrativas? Y sobre todo, ¿qué consecuencias tendrá para el futuro del sector automotriz y la transición energética global?

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por Andrés Quijano

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