Elección del magistrado Carlos Camargo en la Corte Constitucional protegerá las instituciones
Resumen
El Congreso de Colombia eligió al prestigioso abogado Carlos Camargo como magistrado de la Corte Constitucional, resaltando un compromiso con la defensa de la Constitución y un límite al poder presidencial.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Derrotado una vez más el Presidente de la República Gustavo Petro Urrego en las sesiones del Congreso de la República, para la elección de un magistrado estrella en la Corte Constitucional, debemos celebrar el acierto en la escogencia de este funcionario, que ha sido ‘Defensor del Pueblo’ y que le ha devuelto al país su confianza en las instituciones.
Brilló la sindéresis política a la hora de escoger al doctor Carlos Camargo, un prestigioso abogado nacido en el municipio de Cereté y que se formó en las aulas de la Universidad Sergio Arboleda, bajo la sombra del caudillo conservador Álvaro Gómez Hurtado, vilmente asesinado por las hordas criminales del narcotráfico en connivencia con las guerrillas de las FARC hace varios años.
El monopolio de las tres ramas del poder ha estado seriamente amenazado por las ambiciones draconianas y napoleónicas, de quien ha querido perpetuarse en la presidencia de la república. El reparto de canonjías en la trastienda del Capitolio Nacional de Colombia, se había vuelto rutinario en manos de una ‘Comisión de Investigaciones de la Cámara de Representantes’ donde los procesos de investigación se archivan a cambio de cuotas burocráticas y contratos, que corrompen al parlamento colombiano.
La elección del doctor Carlos Camargo para ejercer la magistratura en la Corte Constitucional permitió demostrar que todavía quedan parlamentarios honestos, empeñados y comprometidos en la defensa de la Constitución Nacional de 1991, donde se actualizaron las normas del ‘Estado de Derecho’, preservado en esta ocasión como garantía de imparcialidad y neutralidad a la hora de proteger y conservar el ordenamiento jurídico, seriamente amenazado por las aspiraciones napoleónicas del pequeño caudillo que migró de las canteras del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19), después de haber recibido la amnistía y el indulto, por los delitos cometidos en la trastienda de la subversión y el terrorismo.
Esta determinación del Senado de la República, al elegir al doctor Carlos Camargo como magistrado de la Corte Constitucional, coloca una talanquera gigante al desbordamiento del poder presidencial, que ha monopolizado los mas altos cargos públicos, como la Fiscalía General de la Nación, que ha protegido al presidente Gustavo Petro como si fuera el monarca de esta tierra colombiana, extraño personaje que ha pretendido violar las normas constitucionales a la hora de comprar a cualquier precio la voluntad y la conciencia de algunos legisladores, que perdieron la vergüenza a la hora del reparto de nombramientos, contratos y canonjías, que enmarcan el panorama de corrupción, que está padeciendo Colombia.