“El gobierno de Petro odia a Santander”
Resumen
En Santander, Juan Carlos Pinzón critica al gobierno actual por abandonar la región y permitir minería ilegal en los páramos. Propone un enfoque de minería responsable para proteger el medio ambiente y fortalecer la seguridad e infraestructura.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En Santander, tierra de montañas heridas por derrumbes, Juan Carlos Pinzón apareció como un hombre empeñado en reconstruir un país que según él se desmorona, como las principales carreteras santandereanas: a la vista de todos. Durante dos jornadas intensas en Bucaramanga, el candidato presidencial lanzó un mensaje perentorio: el oro del páramo, símbolo eterno de disputa ambiental, ya no está en manos de empresas ni del Estado, y mucho menos de las comunidades ancestralmente ligadas a la extracción del metal. No señor. El oro hoy está en manos de violentos, siendo extraído de manera ilegal y con los perores efectos para el medio ambiente.
Entrevista: Alejandra León Cambell - Redacción: Camilo Ernesto Silvera Reportaje Especial / EL FRENTE
“El páramo es hoy un queso roquefort”, aseguró con tono imperativo el candidato presidencia Juan Carlos Pinzón durante un reportaje entregado en exclusiva para periódico EL FRENTE, donde evocó una superficie perforada por quienes armados y sin control destruyen lo que dicen proteger. Eso, en su gobierno cambiará poniendo el oro al servicio de las comunidades, explotándolo siempre con todo el cuidado que merece y necesitan los ecosistemas.
Y así como fue enfático en los temas extractivistas, así de categórico fue Pinzón a la hora de acusar al presidente Gustavo Petro de haber abandonado por completo al departamento de Santander, de someterlo a una política “prohibitiva e ideológica” que frenó la minería formal, paralizó proyectos estratégicos y dejó, como hueco abierto, un territorio expuesto a la minería criminal.
El exministro describió un país sumido en la peor crisis económica, fiscal y de salud en décadas, mientras compara al gobierno actual con la “teoría del sapo”: un país que se cocina a fuego lento sin darse cuenta de que está a punto de reventar. Y en ese cuadro oscuro, Santander sería la víctima más evidente: un departamento cercado por vías colapsadas, derrumbes sin atender y cero inversión en infraestructura básica.
Pero entre discursos vehementes y cuestionamientos punzantes, Pinzón también buscó dibujar otro rostro: el del conciliador. Por ejemplo, en plena calle 35, rodeado de vendedores ambulantes y voces que reclamaban seguridad, empleo y dignidad, intentó tejer un puente entre dos mundos que históricamente chocan: la defensa del agua y la minería responsable.
A los campesinos del Almorzadero y de Santurbán les habló con tono cercano: “Los campesinos sostienen la patria. Hay que fortalecerlos... pero también proteger lo vital: las fuentes de agua”.
Y trazó una línea clara: los páramos no se tocan en su parte alta, pero la minería legal, diferenciada y regulada sí puede coexistir con el ambiente; incluso dijo es necesaria para financiar el desarrollo.
Mientras escuchaba historias de gota a gota, extorsión y miedo urbano, Pinzón prometió mano firme: fortalecer la Fuerza Pública, reformar la justicia, construir cárceles de alta seguridad y desactivar las economías criminales que acorralan a quienes viven del rebusque.
En lo político, convocó a una gran coalición contra el proyecto del Gobierno actual, una convergencia de fuerzas que espera desemboque en un solo candidato opositor elegido en marzo.
Entre advertencias, promesas y llamados a la unidad, su mensaje quedó claro a lo largo de una extensa pero muy nutritiva entrevista en la que quedó como conclusión que Santander no puede seguir aislado, ni el país seguir inmóvil. Así conversó el candidato Juan Carlos Pinzón con EL FRENTE:
Si hoy fuera presidente, ¿cuál sería su prioridad número uno para garantizar orden y confianza?
El país necesita seguridad. La inseguridad está básicamente generando una sensación de miedo por parte de la delincuencia. No hay una Fuerza Armada fuerte, hay una criminalidad expandida. Tenemos el incremento más grande de producción de cocaína, de oro ilegal, de extorsión y la Fuerza Armada en cambio tiene la fuerza más baja en 20 años.
Entonces, ¿esto qué está generando? Pues que la gente tiene miedo, que la gente no invierte, que la gente se quiere ir del país, se han ido millón y medio de colombianos y eso contribuye además a la multicrisis que tenemos, crisis en salud, crisis en relaciones con Estados Unidos, crisis en economía, en generación de empleo, en materia pensional.
Es muy grave lo que está pasando, por eso la seguridad nos permite generar inversión y esa inversión nos permite generar empleo, ese empleo nos permite generar recaudo.
Eso reduce el problema fiscal, pero permite hacer nuevamente inversión en infraestructura y en programas sociales.
Parece que la gente se quedó sin vivienda, ya no hay programas de vivienda, ya no hay programas ICETEX de educación.
Usted ha dicho que es el único que ha derrotado al crimen, ¿qué significa eso concretamente?
Sí, es verdad, soy el único que por las funciones que ejercí como ministro de Defensa, liderando nuestras fuerzas militares y de policía, derrotamos al terrorismo y derrotamos múltiples amenazas. Siendo ministro, 128 jefes del terrorismo fueron abatidos o neutralizados bajo captura o desmovilización. Eso es un récord que nadie más tiene en el país. Y al mismo tiempo, creamos nueve policías metropolitanas y 11 fuerzas de tarea conjunta en el país.
Eso le estaba dando al país un progreso. Luego, el gobierno al que pertenecí abandonó esa política, permitió la expansión del narcotráfico cuando paró la aspersión y empezaron a reducir a las Fuerzas Armadas. Y mira el desastre en que estamos ahora en un gobierno como el de Petro, que ha decidido básicamente fortalecer la criminalidad con su política de paz total, que no ha sido otra cosa que impunidad total y sometimiento total del pueblo colombiano.
Eso es lo que va a cambiar. No más impunidad. No más bandidos imponiéndose sobre la gente. Aquí los que van a correr ahora son los criminales, que son los que van a sentir miedo. Cuando llegue el presidente Pinzón, es mejor que los criminales se vayan del país, porque tarde o temprano les llegamos. Y es mejor que la gente de bien de Colombia vuelva, porque aquí va a haber inversión, aquí va a haber progreso económico y social. Pie de fuerza. Eso es lo primero. Pero también vías. Aquí tenemos que ponernos de acuerdo con el gobernador, con alcaldes, porque aquí hay que hacer una serie de vías que no se han hecho.
El gobierno de Petro odia a Santander y dejó a Santander sin un peso de inversión en infraestructura. Nosotros vamos a tener que ponernos de acuerdo, entendiendo que el Estado colombiano está muy quebrado, pero viendo cómo priorizamos para que los gobernadores y alcaldes puedan, en los 13, 14 meses que vamos a estar juntos, producir resultados que les permitan avanzar.
Durante su gestión como ministro de Defensa criticó algunos acuerdos de paz por impunidad repetida. ¿Qué haría diferente en un nuevo proceso de paz?
Nunca más el país puede tener acuerdos donde los victimarios quedan por encima de las víctimas. Nunca más en la historia. Eso le ha causado demasiado dolor al país. Y eso ha ido rompiendo el contrato social.
Colombia lleva siete acuerdos de paz con grupos armados y no conoce la paz. Entonces aquí llegó la hora en donde por fin haya orden y seguridad, donde aquel criminal que quiera salir de la criminalidad es bienvenido, pero no puede quedarse con beneficios que un ciudadano normal no va a tener. Con mucha gracia se le permitirá volver a integrarse a la sociedad.
Además, el país necesita hacer cuatro cárceles muy buenas, muy fuertes, que básicamente tengan régimen disciplinario muy fuerte, que obliguen al tipo que está preso a trabajar, a pagar por su comida y a pagar por la cárcel.
Pero también una modificación con una ley anti impunidad que haga que los delitos, como por ejemplo un atraco a mano armada, no sea juzgado como un robo de menor cuantía, porque lo que estamos es frente a un intento de homicidio, y eso merece cárcel. Que un corrupto no se vaya para la casa por cárcel. Eso es lo que el país necesita.
Pero todo esto también tiene que ir acompañado de un gran esfuerzo social. Hay que llevar las vías terciarias. Hay que generar el desarrollo industrial, industrializando el campo.
Hay que aprovechar toda esta riqueza minera que tenemos y extraerla de forma sostenible y usar esa riqueza para hacer infraestructura, para mejorar el sistema educativo, para garantizar el mejoramiento de la salud y que los colombianos lleguen a tener pensiones, porque hoy no hay con qué pagarlas.
Tenemos las riquezas, convirtamos esas riquezas en fuentes de ingresos y calidad de vida. Colombia debe hacer un esfuerzo para hacer un millón y cien mil viviendas de interés social e interés prioritario, que garantice que seis millones de colombianos que viven en pobreza extrema, en cinco años, dejen de estar allí.
En su visión, ¿qué debe pasar con la relación de Colombia y Estados Unidos si usted llega a la presidencia?
Es muy sencillo. No he llegado a la presidencia y ya le resolví problemas a los colombianos. Aquí les van a poner aranceles a los productos colombianos que se llevan a Estados Unidos. ¿Usted sabe qué eso debe implicar? Cinco millones de empleos perdidos. Nos íbamos a quedar sin aguacate exportado, sin la industria del aguacate, sin la industria de las flores, sin la industria del banano, buena parte del café afectado. Todo lo que es textiles y calzado aquí en Santander se habría básicamente ahogado. Logramos parar eso. Y no he sido el presidente todavía. ¿Qué quiero decir con esto? Hoy tenemos las peores relaciones en cien años entre Colombia y Estados Unidos. Con Juan Carlos Pinzón, Colombia va a tener las mejores relaciones en muchas décadas con los Estados Unidos. En seguridad, en minerales críticos, en inversión, en tecnología y en educación.
¿Qué promesa jamás haría en campaña, aunque le garantice la ganar?
No hago promesas. Este es el candidato que no hace promesas. Yo me comprometo a trabajar duro porque sé desarrollar políticas públicas, porque sé producir resultados en los temas que he hablado. Sé cómo vamos a hacer las viviendas, sé cómo vamos a enfrentar el tema de la salud, sé cómo vamos a promover la inversión y el crecimiento económico. Pero es en esa lógica que vamos a trabajar. Es así como vamos a estar.
¿A quién le gustaría encontrarse en una segunda vuelta presidencial?
Espero ganar en primera vuelta. Necesitamos hacer una coalición democrática fuerte. Eso lo he venido planteando. Que se sumen todos los candidatos que quieran defender la democracia, la libertad, que tengan los mismos valores éticos y valores democráticos. Y de esa manera tengamos el 8 de marzo una gran consulta popular donde el pueblo colombiano decida en primera vuelta que ese candidato, que espero ser yo, pueda ser presidente el 31 de marzo.
Y por último, cuando se apagan las cámaras, ¿quién es Juan Carlos Pinzón?
El mismo que usted ve. La gente que me conoce más o menos ve el mismo tipo. Dicen que cuando no estoy en cámaras soy más divertido y más amable. Que de pronto las cámaras me tensionan. Puede que eso sea cierto. Pero de resto soy más o menos la misma persona. Lo que ves, lo que hay. Y esa tranquilidad la pueden tener los colombianos. Manos limpias, posiciones claras y mucha franqueza.