El dato que mata al relato
Resumen
La cumbre CELAC-UE en Santa Marta simbolizó un renovado compromiso interregional. Se crearon mecanismos financieros y acuerdos en transición energética, salud y tecnología, marcando un avance histórico en la cooperación multilateral para América Latina y el Caribe.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Por: Fundación Participar*
Las cumbres tienen un gran valor simbólico, pero son limitadas en realizaciones de corto plazo. Sin embargo, la reciente CELAC EU realizada en Santa Marta o la COP 30 en Brasil, parecen diferenciarse de ese juicio.
A propósito de la primera, puedo decir que resultó en un gran impulso económico para la región sede y puntos positivos adicionales para el gobierno, no obstante las presiones externas e internas para sabotearla aprovechando el conflicto que surge por la política Trump de exhibir el garrote en aguas internacionales y mostrar los misiles políticos conta Maduro y contra el presidente de Colombia, por razones diferentes, pero en el contexto de un nuevo orden mundial como consecuencia de un poder declinante de un imperio y un poder emergente en Asia, obligando al primero a la amenaza militar.
La cumbre renovó el compromiso entre las regiones signatarias, Europa, Latinoamérica y el Caribe en aspectos estratégicos como la transición energética, la inteligencia artificial, el crimen organizado y la cooperación en temas claves para la salud.
Se crea un mecanismo financiero avalado por la UE que comprometió diez mil millones de euros favoreciendo principalmente a Colombia, Chile y Brasil destinados a proyectos de energía limpia y reforestación. La banca multilateral, es decir BID, CAF, UE comprometen apoyo a despliegue de redes de fibra óptica. Impulsado por la OPS y la CAF se crea una plataforma para cooperar y coordinar acciones ante emergencias sanitarias en asuntos tales como la producción local de vacunas y su distribución regional. Se fortalecen acuerdos existentes entre la UE y con Chile y Argentina para la exportación a Europa de litio, cobre y energías limpias. De otro lado, la UE se compromete con créditos blandos y asistencia técnica a pequeños agricultores.
Puntos importantes son los acuerdos para fortalecer la movilidad académica, la laboral, la protección de migrantes y para combatir los crímenes ambientales como son la deforestación y el tráfico de fauna.
La CELAC UE fue un trabajo serio de concretar en proyectos viables los discursos que plantean la cooperación, el multilateralismo, la democracia y la defensa de los derechos humanos entre culturas, civilizaciones y pueblos y países diferentes en tiempos de un reordenamiento mundial, cuando el imperio dominante abandona esos valores.
En Santa Marta se renovó una alianza estratégica que avanza cualitativamente con respecto a las anteriores pero que tiene los retos y desafíos de contextos políticos cambiantes, tanto en Europa como en Latinoamérica y el caribe.
El éxito de la CELAC EU con sus resultados concretos desvirtúa la opinión que califica estos eventos de acuerdo con la presencia física del número de presidentes. A Santa Marta asistieron sesenta países representados y nueve gobernantes. Para los contradictores del evento los nueve mandatarios son precarios, para los opinadores objetivos, los resultados son muy positivos, lo que nuevamente confirma que el dato mata al relato.
Santa Marta no quedó como una cumbre más, sino como el punto donde Europa y América Latina recordaron que su destino está en construirlo juntos.
*Jaime Calderón Herrera. www.fundacionparticipar.com